Medio día en la escuela de cocina. Aproximadamente 30 alumnos trabajando en grupos de 4 o 5.
Es muy lindo el ambiente en el que trabajamos. Hace pocas semanas que empezamos el curso y a pesar de que hay diferencias de edades bastante amplias nos llevamos todos muy bien.
En realidad creo que nos llevamos bien por eso también, ya que la mayoría de la gente anda entre los 25 y los 30 años, y hay un par de 19 o 20, y un "nene" que no es un nene pero le decimos así de cariño que tiene 15 años y dos señores que andan por los 50.
Como si fuera poco, está el grupito de los "hermanos latinoamericanos", como les llama uno de los señores de 50 años de cariño. Son chicos y chicas que vienen de Perú, Colombia, Brasil, Puerto Rico y Chile. Muy buena onda todos.
Lo mejor de todo es que trabajamos en un ambiente donde la gente es amable, si hay algo que sobra es camaradería y todo el mundo ayuda y es ayudado. Tal como se debe trabajar en una cocina. Y toda la gente lo tuvo claro desde el momento en que pisó la escuela.
Como ya dije, trabajamos en grupos. Si bien cada grupo tiene un líder. No para que diga "soy el líder, síganme como ovejas", sino porque en todo grupo tiene que haber alguien que organice para que no se vaya todo al diablo, nadie se cree más que nadie (porque no lo es) y nos vamos distribuyendo las tareas.
Hoy nos tocó hacer preparaciones con huevos. Huevo pasado por agua, huevo frito, huevo duro, tortillas de distintos tipos, omelettes, revueltos... en fin, comimos como bestias porque probamos todo lo que hicimos y nos llevamos cosas a casa.
Sí, hoy hicimos huevo... (lo digo yo así les ahorro el tener que hacer el chiste fácil).
Bueno, como dije, la mayoría de la gente tiene buen humor y hace chiste. Algunos no hacen chistes porque son más serios pero tienen buena onda y no se molestan.
En un momento el profesor dijo: "Bueno, ya hicieron todos sus preparaciones individuales. Ahora vamos a hacer de cuenta que estamos en un restaurante y que nos pidieron 20 omelettes. Así que júntense en grupos de 10 y hagan 20 omelettes. Tienen 10 minutos."
Ustedes estarán pensando: ¡Qué pavada! 10 personas... 2 omelettes cada uno. No es tan difícil.
Sí, claro... pero el "pequeño" detalle es que a los 10 minutos tenían que estar los 20 omelettes hechos, calientes, emplatados y decorados.
Y no un omelette como los que hacemos en casa donde agarramos una sartén, batimos 3 huevos, los tiramos ahí y que el supremo nos ayude. Y si sale bien o mal no importa porque total lo vamos a comer nosotros.
¡No seño! Estos llevaban, los 3 huevos, que no se baten sino que se hacen de otra manera, porque no tienen que tener burbujas (el batido provoca esto), con el aceite a cierta temperatura, y se les agrega jamón y queso, se les hace 2 dobleces y ahí sí, al plato y a decorar. Y todo eso se hace en 5 minutos aproximadamente.
Y no se ustedes, pero mis compañeros y yo tenemos solo 2 manos cada uno, con una mano tenemos la sartén y con la otra echamos las cosas adentro y sostenemos la espàtula. Entonces hacer uno con cada mano es imposible.
Pero no se preocupen, no es algo imposible. Hay un secreto, y es, como dije antes, distribuirse las tareas. Hicimos eso y entonces tuvimos a 5 personas controlando 4 sartenes cada uno (controlar es cocinarlos acomodándolos con una espátula y haciéndole los dobleces cuidando que no se quemen ni se rompan, solo eso), 3 poniendo los ingredientes y 2 emplatando.
Todo eso rápido. Que si esta bien hecho es una maravilla.
En teoría es muy fácil. Ahora vamos a la práctica.
Si alguien nunca vio una cocina industrial, les cuento que las que tenemos nosotros tienen 6 hornallas, de las cuales cada uno de los alumnos encargados de las sartenes usaba 4. Hay varias cocinas así que teníamos espacio.
Mientras un grupo de 10 hacia el trabajo los demás miraba, y después los hacia el otro grupo de 10 y los demás los mirábamos a ellos.
Pasó el 1er grupo. Bastante bien, algunos omelettes se les quemaron un poco pero llegaron bien de tiempo y trabajaron bien en equipo.
Después vino el nuestro.
Nos distribuimos y empezamos a trabajar. A mi me toco ser una de las chicas que hacían la preparación para volcar en las sartenes. Y una de las chicas de mi grupo de 5 que se había juntado con el otro que es de esas re chispitas, de las que se viven riendo y hace un escándalo por cualquier cosa (escándalo de los divertidos, no escándalos de mala onda) le tocò se una de las personas encargadas de las sartenes. A esta chica la llamaremos S.
Cuando ya estaban los huevos listos, la gente que estaba encargada del emplatado debía ir con una placa (algo parecido a una asadera) por detrás de la persona que estaba con la sartén y acercársela para que esta pusiese el omelette. Se preguntaran: ¿Por qué por detrás?
Porque si uno se acerca por adelante, corre el riesgo de que la persona que cocina al dar vuelta la sartén sobre laplaca, le salpique aceite caliente en la cara. Con un omelette no pasa nada porque casi no tiene aceite, pero con otras preparaciones sí. Y como eso se usa para todo, hay que acostumbrarse a trabajar así.
Bueno, ya habíamos puesto los ingredientes y estábamos esperando a que las chicas les avisaran a los de emplatado que les acercaran las placas para pasarlos ahí y que después esos chicos los pasaran a un plato y los decoraran.
S terminó de hacer sus omelettes y le dijo a un chico de emplatado: "M, dame la placa". M, que se había olvidado que debía acercársela por detrás hizo todo lo contrario y se puso del otro lado de la cocina entregándole la placa frente a ella. Cosa que no se debe hacer porque además para poner algo ahí, la persona que cocina si o si tiene que pasar la placa por arriba de las otras sartenes y eso no se hace porque puede haber algún residuo en la parte de abajo (no olvidemos que las placas van en el horno y a veces se queman) y caer en la preparación, y de pasar eso, el omelette no sirve más y se debe tirar.
Bueno, eso en un mundo perfecto. Que se haga o no así en los restaurantes es otra historia, pero nosotros debemos aprender a hacerlo bien.
Como M se había equivocado de lugar, se apareció en frente de S y esta desesperada le grito: "¡No, M! ¡Es por el otro lado! ¡Dámela por atrás!".
Claro, dirigirse al otro lado implicaba dar vuelta al rededor de una mesa que mide 5 metros. Y cuando se esta trabajando con aceite a 220 grados, esos pocos segundos pueden hacer que algo se queme. Así que S estaba desesperada porque empezaba a salir humo de sus omelettes y se estaban empezando a quemar. Entonces seguía gritando: "¡Dale M! ¡Dámela por atrás! ¡Dámela por atrás! ¡Rápido! ¡Dámela! ¡Dámela!"
Esto gritando frente a 30 y pico de personas que empezaron, empezamos, mejor dicho, a reírnos a carcajadas. M, colorado como un tomate y S sin darse cuenta por qué se reían y gritando a más no poder.
Hasta que el profesor, ya riéndose también, le dijo: "Bueno S, no te desesperes, ya te la va a dar. Pero tenes que ser más sutil cuando pedís esas cosas. Cualquiera va a decir que estas desesperada".
Fin del relato. ¿Qué paso con los omelettes? Se quemaron un poco, pero... ¿A quién le importa? Si habíamos presenciado tremendo gag digno de una película cómica.
El pobre M, muy tímido él no sabía donde meterse. Y S, al darse cuenta de por qué nos reíamos casi se hace pis de la risa. Y empezó: "¡Jajaja! ¡Me meo! ¡Me meo!" y salió corriendo de la cocina.
Es muy lindo el ambiente en el que trabajamos. Hace pocas semanas que empezamos el curso y a pesar de que hay diferencias de edades bastante amplias nos llevamos todos muy bien.
En realidad creo que nos llevamos bien por eso también, ya que la mayoría de la gente anda entre los 25 y los 30 años, y hay un par de 19 o 20, y un "nene" que no es un nene pero le decimos así de cariño que tiene 15 años y dos señores que andan por los 50.
Como si fuera poco, está el grupito de los "hermanos latinoamericanos", como les llama uno de los señores de 50 años de cariño. Son chicos y chicas que vienen de Perú, Colombia, Brasil, Puerto Rico y Chile. Muy buena onda todos.
Lo mejor de todo es que trabajamos en un ambiente donde la gente es amable, si hay algo que sobra es camaradería y todo el mundo ayuda y es ayudado. Tal como se debe trabajar en una cocina. Y toda la gente lo tuvo claro desde el momento en que pisó la escuela.
Como ya dije, trabajamos en grupos. Si bien cada grupo tiene un líder. No para que diga "soy el líder, síganme como ovejas", sino porque en todo grupo tiene que haber alguien que organice para que no se vaya todo al diablo, nadie se cree más que nadie (porque no lo es) y nos vamos distribuyendo las tareas.
Hoy nos tocó hacer preparaciones con huevos. Huevo pasado por agua, huevo frito, huevo duro, tortillas de distintos tipos, omelettes, revueltos... en fin, comimos como bestias porque probamos todo lo que hicimos y nos llevamos cosas a casa.
Sí, hoy hicimos huevo... (lo digo yo así les ahorro el tener que hacer el chiste fácil).
Bueno, como dije, la mayoría de la gente tiene buen humor y hace chiste. Algunos no hacen chistes porque son más serios pero tienen buena onda y no se molestan.
En un momento el profesor dijo: "Bueno, ya hicieron todos sus preparaciones individuales. Ahora vamos a hacer de cuenta que estamos en un restaurante y que nos pidieron 20 omelettes. Así que júntense en grupos de 10 y hagan 20 omelettes. Tienen 10 minutos."
Ustedes estarán pensando: ¡Qué pavada! 10 personas... 2 omelettes cada uno. No es tan difícil.
Sí, claro... pero el "pequeño" detalle es que a los 10 minutos tenían que estar los 20 omelettes hechos, calientes, emplatados y decorados.
Y no un omelette como los que hacemos en casa donde agarramos una sartén, batimos 3 huevos, los tiramos ahí y que el supremo nos ayude. Y si sale bien o mal no importa porque total lo vamos a comer nosotros.
¡No seño! Estos llevaban, los 3 huevos, que no se baten sino que se hacen de otra manera, porque no tienen que tener burbujas (el batido provoca esto), con el aceite a cierta temperatura, y se les agrega jamón y queso, se les hace 2 dobleces y ahí sí, al plato y a decorar. Y todo eso se hace en 5 minutos aproximadamente.
Y no se ustedes, pero mis compañeros y yo tenemos solo 2 manos cada uno, con una mano tenemos la sartén y con la otra echamos las cosas adentro y sostenemos la espàtula. Entonces hacer uno con cada mano es imposible.
Pero no se preocupen, no es algo imposible. Hay un secreto, y es, como dije antes, distribuirse las tareas. Hicimos eso y entonces tuvimos a 5 personas controlando 4 sartenes cada uno (controlar es cocinarlos acomodándolos con una espátula y haciéndole los dobleces cuidando que no se quemen ni se rompan, solo eso), 3 poniendo los ingredientes y 2 emplatando.
Todo eso rápido. Que si esta bien hecho es una maravilla.
En teoría es muy fácil. Ahora vamos a la práctica.
Si alguien nunca vio una cocina industrial, les cuento que las que tenemos nosotros tienen 6 hornallas, de las cuales cada uno de los alumnos encargados de las sartenes usaba 4. Hay varias cocinas así que teníamos espacio.
Mientras un grupo de 10 hacia el trabajo los demás miraba, y después los hacia el otro grupo de 10 y los demás los mirábamos a ellos.
Pasó el 1er grupo. Bastante bien, algunos omelettes se les quemaron un poco pero llegaron bien de tiempo y trabajaron bien en equipo.
Después vino el nuestro.
Nos distribuimos y empezamos a trabajar. A mi me toco ser una de las chicas que hacían la preparación para volcar en las sartenes. Y una de las chicas de mi grupo de 5 que se había juntado con el otro que es de esas re chispitas, de las que se viven riendo y hace un escándalo por cualquier cosa (escándalo de los divertidos, no escándalos de mala onda) le tocò se una de las personas encargadas de las sartenes. A esta chica la llamaremos S.
Cuando ya estaban los huevos listos, la gente que estaba encargada del emplatado debía ir con una placa (algo parecido a una asadera) por detrás de la persona que estaba con la sartén y acercársela para que esta pusiese el omelette. Se preguntaran: ¿Por qué por detrás?
Porque si uno se acerca por adelante, corre el riesgo de que la persona que cocina al dar vuelta la sartén sobre laplaca, le salpique aceite caliente en la cara. Con un omelette no pasa nada porque casi no tiene aceite, pero con otras preparaciones sí. Y como eso se usa para todo, hay que acostumbrarse a trabajar así.
Bueno, ya habíamos puesto los ingredientes y estábamos esperando a que las chicas les avisaran a los de emplatado que les acercaran las placas para pasarlos ahí y que después esos chicos los pasaran a un plato y los decoraran.
S terminó de hacer sus omelettes y le dijo a un chico de emplatado: "M, dame la placa". M, que se había olvidado que debía acercársela por detrás hizo todo lo contrario y se puso del otro lado de la cocina entregándole la placa frente a ella. Cosa que no se debe hacer porque además para poner algo ahí, la persona que cocina si o si tiene que pasar la placa por arriba de las otras sartenes y eso no se hace porque puede haber algún residuo en la parte de abajo (no olvidemos que las placas van en el horno y a veces se queman) y caer en la preparación, y de pasar eso, el omelette no sirve más y se debe tirar.
Bueno, eso en un mundo perfecto. Que se haga o no así en los restaurantes es otra historia, pero nosotros debemos aprender a hacerlo bien.
Como M se había equivocado de lugar, se apareció en frente de S y esta desesperada le grito: "¡No, M! ¡Es por el otro lado! ¡Dámela por atrás!".
Claro, dirigirse al otro lado implicaba dar vuelta al rededor de una mesa que mide 5 metros. Y cuando se esta trabajando con aceite a 220 grados, esos pocos segundos pueden hacer que algo se queme. Así que S estaba desesperada porque empezaba a salir humo de sus omelettes y se estaban empezando a quemar. Entonces seguía gritando: "¡Dale M! ¡Dámela por atrás! ¡Dámela por atrás! ¡Rápido! ¡Dámela! ¡Dámela!"
Esto gritando frente a 30 y pico de personas que empezaron, empezamos, mejor dicho, a reírnos a carcajadas. M, colorado como un tomate y S sin darse cuenta por qué se reían y gritando a más no poder.
Hasta que el profesor, ya riéndose también, le dijo: "Bueno S, no te desesperes, ya te la va a dar. Pero tenes que ser más sutil cuando pedís esas cosas. Cualquiera va a decir que estas desesperada".
Fin del relato. ¿Qué paso con los omelettes? Se quemaron un poco, pero... ¿A quién le importa? Si habíamos presenciado tremendo gag digno de una película cómica.
El pobre M, muy tímido él no sabía donde meterse. Y S, al darse cuenta de por qué nos reíamos casi se hace pis de la risa. Y empezó: "¡Jajaja! ¡Me meo! ¡Me meo!" y salió corriendo de la cocina.
16 comentarios:
Hola linda! que bueno lo de tu formacion, cuanto tiempo dura?
un año o dos?
Una de mis mejores amigas estudio cocina en el instituto argentino y cocina como los dioses!
te mando un abrazo mujer, y linda semana!
andrea
q linda experiencia, me gusta mucho lo q contas y la verdad no tenia idea como es la cocina de restaurant y donde estas estudiando, q lindo.
bueno yo voy aprendiendo .. no soy una gran experta pero vyo aprendido
te mando un abrazo
ile
¡Qué situación más graciosa!, eso es lo bueno de trabajar o estudiar en grupo, siempre surjen historias llenas de chispa. Lo bueno es que lo hayan tomado con un humor, ojalá nunca pierdan la buena onda, es buenísimo estar en un ambiente así.
Perdón, quise decir:surgen...sorry
Hay que cuidarse mucho de lo que uno dice mientras esta con gente no tan conocida.. jejeje
un beso nena
jaja que hdp!
Y que pasó al final? se la dió por atrás o no? Queremos fotos Gioco!!
jejeje
Andrea y Pierre: Hola! Dura 2 años y estudio en la Escuela de Arte Gastronòmico. Està muy bueno y estoy aprendiendo un montòn. Me encanta.
Besos y hermosa semana para vos tambièn! :)
Ile: Yo tampoco soy una experta, pero me encanta cocinar. Cocino desde hace bastante pero no habìa hecho ningùn curso. Y este està muy bueno.
Abrazo!
Clara y Pepe: Sì, la verdad que es un ambiente muy lindo y la gente tiene muy buena onda. Es lindo trabajar asì. A una le dan màs ganas de ir al curso.
Araña: Es verdad. Pero bueno. No se dio cuenta. Es muy despistada jejeje.
Beso!
Negro: Sì, sì, pero esos omelettes no salieron como deberìan haber salido.
jua damela por atras! mortal nena. Me cague de risa. Y me encanto todo lo que contaste. Esa descripción que casi estaba en la cocina metida ahi con vos.
Buenisimo y lindo muy lindo lo que estas haciendo!
Menos mal que el cierre del relato estuvo bueno porque tanto prologo sobre como hacer un omelette, valga la redundancia, me estaba rompiendo un poco los huevos.
= )
jeje buenismoo
mi hno tb hace ese curso y el otro dia le dije, che q me vas a cocinar??
y preparo flan
mmm q ricoo
esass cosas son buenisimmas jaajajajaaa
ayer comi omelette mmmmmmmmmmmmmmm
JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!
No quiero pensar si en el mismo apuro tienen que preparar rellenos "dale, metelo más profundo que está vacío!"
JUAAAAAAAAAAAA!!!!
Me mata Ña Gioco
Saludetes, sigue con las recetas, no? (ahora me voy a chusear una de Omelettes!)
y se la dio???
Qué buena, y se nota que todo eso te apasiona.
Yo te admiro, que queres que te diga.
Veo un artefacto con hornallas y una cebolla al lado y salgo como alma que lleva el demonio ja ja!!
Que buena onda Gioco vos!
Y la mina... y see da para la joda y eso ayuda al ambiente no?
Despues, si me animo, entro en el blog de cocina. Ya le dije a Pepinette: a ella le encanta!
uh, justo hoy me iba a comer un omelette......... pero al final no :P
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