29/3/08

Cualquiera puede cocinar


HAY COSAS PEORES SE ENORGULLECE EN PRESENTAR

ESTE NUEVO BLOG DEDICADO AL ARTE CULINARIO

PARA LOS AMANTES DE LA COCINA Y DEL BUEN COMER

O PARA QUIEN TENGA GANAS DE CURIOSEAR E INVESTIGAR.


TODOS SON BIENVENIDOS, PORQUE:




BON APPETITE !!!

26/3/08

SERVICIO A LA COMUNIDAD

Porque si hay algo que hace este blog es cuidar la integridad física y mental de sus lectores.
Sí señor :P

¿Cansado de escuchar a la pingüina y sus secuases decir cosas que le dan ganas de ahorcarlos a todos?

¿Ganas de pegarles hasta que dejen de respirar?
¿Impotencia al no poder salir a protestar libremente por miedo a ser reventado a palos por piqueteros y camioneros pagos por el clan K?


No se preocupe!!

Aquí tengo la solución.

Una serie de juegos on line destinados a descargar un poco la bronca que tiene adentro al haber escuchado semejantes hijoputeces, agrediendo nada más y nada menos que a estos pingüinos virtuales.
Algo así como pegarle a una almohada con la cara del ser detestado para sacarse la bronca.

Porque como dice Moria: "Todo lo que entra tiene salir" y "Lo que queda adentro te envenena" y "Chirivin, chirivin..." ah, no, eso no. Bueno... ya captaron la idea.

Así que no ponga su integridad física en manos de esa gente que atenta contra quienes trabajan en serio. Descargue su bronca con esto juegos que son gratis (hasta que la botox woman se de cuenta) a los cuales tendrá acceso haciendo clic en los nombres de los mismos.

Juego 1:
TURBO CHARGED PENGUINS





¡Golpea al pingüino para dispararlo en el aire lo más alto posible! Más lo golpeas, más puntos ganas.

Juego 2:
SEAL BOUNCE





¡Ayuda al Yeti a lanzar al pingüino en alto y establece un nuevo record!

Juego 3:
ORCA SLAP





¡Practica tiro al blanco con pingüinos! La orca te ayudará lanzándolos al aire para que tu les pegues con bolas de nieve.

Juego 4:
PINGU THROW





¡Lanza al pingüino sobre el hielo lo más lejos posible y marca un nuevo record!


Es un servicio de HAY COSAS PEORES, para el bienestar mental de sus lectores.

NOTA: Ningún animal real fue muerto o herido en la realización de este post ni de los juegos aquí mostrados.

25/3/08

¡¡Guarda que vengo!!


Esto es algo así como un servicio a la comunidad...
Bueno, no, no se lo que es. Pero tenía ganas de escribirlo. Tal vez a más de uno le sirva algo o le cause gracia alguna de las cosas como a mí. Cualquiera de las dos cosas es buena :P

Como la mayoría de la gente sabe (o sea, no todos) una cocina es un lugar "peligroso" para gente que no está acostumbrada a trabajar en ella, y se torna más peligroso cuando más gente hay.


Nuestras madres nos vienen diciendo esto desde chicos con cosas como: "No te acerques a la hornalla que te podes quemar", "No toques eso que está caliente", "No te acerques al horno", "Deja ese cuchillo que es filoso", "No jueguen cerca de la cocina". Y aunque parezca exagerado es así. No es ninguna estupidez. Sino pregúntenle a alguien a quien alguna vez le haya caído una olla de agua hirviendo encima.
Pero bueno.

Si estas cosas pasan en la cocina de una casa, imagínense las cosas que pueden llegar a pasar en una cocina con 30 hornallas, 6 hornos pizzeros (que se usan a no menos de 200º la mayoría de las veces y superan los 400º), vaya una a saber cuantos cuchillos hay, y cuantas ollas y sartenes con distintas cosas en estado de ebullición y otras tantas placas a 180º mínimo.
Todo eso con más de 15 personas caminando y a veces corriendo (aunque esto no debe hacerse al menos en teoría) de acá para allá, muchas veces con el piso engrasado o con aceite que si bien pocas veces cae al suelo siempre salpica.

Entonces para evitar la mayor cantidad de accidentes posibles, existen varias reglas que apuntan a cuidar la integridad de los que trabajan en la cocina y muchas de ellas son hasta graciosas.

De cortarse con un cuchillo debe cuidarse uno mismo y digamos que salvo casos contados con los dedos de la mano, hacerse un tajito no es una de las cosas más peligrosas, y nos va a pasar más de una vez, pero sí lo es, por ejemplo cortar a alguien.
Para evitar estos inconvenientes hay algunas reglas sencillas, por ejemplo:
- Nunca caminar por la cocina con un cuchillo en la mano.
- Si es realmente necesario hacerlo, el cuchillo debe ser llevado al costado de la pierna, con el filo hacia atrás y acompañando el movimiento de la pierna al caminar. Y no por ej., caminar con el cuchillo con la punta hacia adelante como amenazando a alguien.
- Nunca darse vuelta con el cuchillo en la mano, para no cortar a quien pase por detrás nuestro.

Etc.

Otra de las cosas más peligrosas es cuando está el piso sucio con aceite o grasa que hace que la gente se patine y muchas veces caiga al mejor estilo Wanda Nara. A más de uno le causa gracia ver a gente cayéndose al suelo (incluida yo) pero en la cocina esto es mucho más peligroso.
En el mejor de los casos una cae sentada, se ensucia un poco y eso es todo, pero más de una vez alguien cayó mal y se rompió algún hueso, o peor, arrastró alguna sartén caliente y además de caerse se volcó su contenido encima. Eso no es tan gracioso.
Para evitar estos accidentes:
- No se debe correr en la cocina (aunque sabemos que más de una vez lo vamos a hacer y más si nos toca trabajar en lugares muy concurridos)
- Si se volcó aceite en el suelo, tirarle sal encima para que no patine y para hacer visible la mancha.
- Usar zapatos o suecos son suelas anti deslizantes, etc.

Pero, las peores cosas pasan cuando se manejan elementos a altas temperaturas con contenidos en el mismo estado, entonces ahí si hay que tener mucho cuidado y existen varias cosas que se hacen para evitar accidentes. Por ejemplo:
- Si alguien deja una sartén en el fuego y se va, hay que dejar el mango hacia adentro de la cocina y espolvorearlo con harina para que las otras personas sepan que eso está caliente, o en su defecto una rejilla o un repasador colgando de él.
- Cuando hay se deja abierto el horno se grita: "Caliente! Horno abierto!" o algo por el estilo.
- Y acá viene lo más gracioso: cuando alguien pasa detrás de otra persona con una olla caliente en la mano, o una sartén o una placa del horno, para que esa persona se quede quieta y no se de vuelta y choque con quien lleva la olla y se queme alguno o los dos, hay que gritar por ejemplo: "Voy Caliente!" o mejor aún "Voy caliente atrás!"

Desafío a cualquiera que estudie la carrera de chef o de pastelería o haga cualquier curso de cocina a que no se ría alguna vez que le digan eso.

22/3/08

Intrusos en la cocina

Hoy empecé mi carrera de Chef. Estuvo muy pero muy bueno, y eso que aun no cocinamos nada. Recién la clase que viene ponemos manos a la obra. Así que las clases de hoy fueron a modo de introducción y nos dijeron como vamos a trabajar, como van a ser las clases y nos dieron recomendaciones, consejos (algunos son material de próximos posts) y algunos secretitos.

Como sobraba el tiempo nos pusimos a hablar con los profesores. Nos tocaron dos profesores re buena onda. El de teórico, de la materia Introducción a la cocina es chileno y es una mezcla de Matías Martin y el esposo de la nieta de Mirtha Le Grand. O sea que es feo pero buena onda, y se nota que sabe mucho. El profesor de práctico de Cocina I también sabe muchísimo, es buena onda y trabajó en lugares re grosos.

Pero vamos a lo jugoso del post. Hoy como no vimos nada demasiado interesante los profesores se pusieron a contarnos chismes gastronómicos, a saber:


* El famoso Iwao Komiyama, el gordito que hace sushi en elgourmet.com, no es japones. Nació en Constitución, se llama Javier y su madre es uruguaya. Es menos japones que la humita en chala.


* El conocidísimo Donato de Santis, también con programa en elgourmet.com, habla como italiano en el programa, pero fuera de él es más argentino que las empanadillas de arrope.


* La hermana Bernarda, la monjita que se dedica a la pastelería, es a simple vista muy angelical, dulce y tierna, pero parece ser que tiene pocas pulgas y cuando graba los programas parece que se pone como loca con la gente de la producción si no se hace lo que ella dice e insulta a las productoras que hacen las veces de ayudantes de cocina; las cuales aseguran que "es una vieja diabólica". Una de ellas es la hermana de una profesora de pastelería.


* Uno de los profes trabajó en el Hotel Faena, dice que vio y escuchó cosas muy locas. La más loca de todas es que Alan Faena está comprando gran parte de Puerto Madero porque quiere hacer un barrio que se va a llamar Barrio Faena. El proyecto está en curso.
Nota: El metro cuadrado en ese lugar, al momento de comprar el terreno pelado para el hotel salía 3.500 dólares. Hagan la cuenta.

20/3/08

Rompiendo el hielo


Hoy hablaba con una prima que me contaba que se había visto con un chico que le gusta desde hace bastante, pero nunca había tenido la oportunidad de estar sola con él un rato y compartir un café o algo porque siempre estaban rodeados de mucha gente.
Finalmente ese día llegó y me contaba que la ponían muy nerviosa los silencios incómodos y que se la había pasado hablando pavadas con tal de romper el hielo y que temía haber quedado como una estúpida.

Eso me hizo acordar al diálogo entre Mia Wallace (Uma Thurman) y Vicent Vega (John Travolta) en Pulp Fiction, en el restaurante al que Vicent la lleva a pedido de su marido:


Mía Wallace: ¿No los odias?
Vincent Vega:
¿El qué?
M:
Estos incómodos silencios. ¿Por qué creemos que es necesario decir estupideces para estar cómodos?
V: No lo sé, es una buena pregunta.
M:
Entonces sabes que has dado con una persona especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y compartir el silencio.

Yo creo que eso se logra con la confianza, aunque en cierta medida debe ser así. Si estás con alguien que te gusta frente a frente por primera vez y estás tan cómoda como para soportar esos silencios, debe ser que esa persona es especial. Aunque a mí nunca me pasó jajaja.

7/3/08

La hormiguita viajera


El matrimonio que me trajo al mundo me invitó a pasar unos días con ellos en la costa con el pretexto de que "siempre me voy con mis amigos y nunca con ellos". Así que acepté.
No me tuvieron que rogar mucho jajaja. Me encanta viajar.
Nunca me voy en marzo pero como voy a estar con mis viejos me voy a divertir. Mi papá es muy divertido y mi mamá no se queda atrás. Me gusta viajar con ellos.
Además es el último respiro de aire fresco antes de empezar la facu y la carrera de chef.

Posteo hoy, porque esta tarde llevo la PC al doctor y el lunes me voy al Late Summer Tour 2008 que hacen mis viejos cada año por la costa.
Vamos a estar 10, 11, 12 y 13 en Claromecó (que no conozco), 14 y 15 en Tandil, 16, 17, 18 y 19 en Mar de Plata.

Ya subiré fotos del recorrido y postearé algo. Con mis viejos seguramente consiga material para más de un post :P

See you soon!!!

5/3/08

La gordita, el vestido y la hija de puta.


Noviembre de 1991. Gioconda estaba terminando el último año de la escuela primaria.
Colegio católico, apostólico, bla, bla, bla.
Nunca tuvo problemas con las calificaciones. Todo lo contrario, le iba muy bien.

En diciembre se iba de viaje de egresados a Córdoba con sus amigos. Pero no sin antes asistir a la "Fiesta de fin de curso" donde le iban a entregar la medalla junto a sus compañeros, el diploma e iba a ser besada en ambas mejillas por la directora. La misma que años atrás debido a la extrema introversión de Gioconda le había dicho a su madre:
"¡Mire, señora! ¡Su hija necesita ir a la psicóloga! No niego que sea inteligente, pero es introvertida y no se relaciona con los demás. Su hija es del tipo de personas que tiene graves problemas cuando crece. Porque va a seguir siendo así toda su vida. ¿Y sabe lo que va a pasar? Cuando vaya a la secundaria va a seguir siendo igual o peor. Su hija se guarda todo. Cosas buenas y malas y no las exterioriza, y eso hace muy mal. Por algún lado va a salir todo eso. ¡No es normal. Una de dos: O le sale científica o entra con una arma al colegio y hace una masacre!"

Por supuesto que se equivocaba.
La persecución de la directora que me decía "Tenes que hablar más" cada vez que me veía, se termino ese día con el quilombo que hizo mi mamá. El cura se cagó ante la amenaza de mi mamá de sacarme del colegio (de cuota cara) y hacer un quilombo en la reunión de padres para contarles a todos (aunque ya lo sospechaban) la clase de directora que teníamos, e hizo que la misma nos pidiera disculpas. Fin del episodio.

Los dos último años de la primaria cambié mucho (porque yo quise) y hasta tenía amigos. Y lo mejor es que no maté a nadie.

Como decía, tenía que ir a la fiesta y había que ir "bien arregladita" como decía la vieja chota de la directora. Entonces como todas mis amigas cuando faltaba poco para que terminaran las clases fui con mi mamá a comprarme un vestido para lucir esa noche.

Tenia un pequeño problema. Bueno no, un problema grande... como mi trasero.
Sí, en ese entonces era bastante gordita. Después me "hice señorita" (como dice mi abuela. Como si antes hubiese sido un lemur) y cambié. Vino Andrés, adelgacé, crecí más, aparecieron las chicas de la delantera, y todo lo demás.
Pero antes de eso, era bastante rellenita, por decirlo de alguna manera. Y por supuesto no me gustaba mostrar mi cuerpo, entonces la mayor parte del tiempo usaba ropa deportiva, polleras largas, remeras largas, todo largo y con mangas. Nunca una musculosa ni remerita de mangas cortas. Bueno, lo que yo llamaba mangas cortas eran remeras que me llegaban casi hasta los codos y no quería usar nada más corto que eso.
Un viernes a la salida del colegio fui con mi mamá a un local en busca de un vestido.

Fui de muy mal humor como tantas otras veces. No porque no me gustara vestirme bien. De hecho me gustaba y tenía ropa linda, pero me la compraba mi mamá porque yo odiaba ir a probarme ropa. Odiaba los negocios, los probadores, las vidrieras mostrando maniquies raquíticos con ropa que en mi casa solo podían ponerse mis muñecas , la cara de la empleadas mirándome de arriba hacia abajo como a un bicho raro, etc.
Había pocas cosas que odiara más que ir a comprar ropa. Porque eso implicaba recorrer vaya una a saber cuantos locales y escuchar muchas veces las frases: "Para vos no hay talle", "Te tengo que dar el talle de una mujer grande", "Mmm, no, no hay". Eso cuando entraba a los negocios, porque varias veces ya desde la puerta me decían:
"No querida, los talles que tenemos son chiquitos".

Esas frases son hirientes para una mujer grande. Imagínense para una nena de 12 años.
Pocas cosas me dolían más que eso, y varias veces volvía a casa llorando y sin haber comprado nada.
Mi mamá trataba de evitar eso a toda costa porque por supuesto no le gustaba que yo me pusiera mal y a veces directamente iba ella y me compraba talles grandes, para mujeres grandes y mandaba los vestidos a una modista para que los adaptara a mi cuerpo.
No digo que ser una persona obesa pero adulta sea fácil, pero ser obesa siendo una nena es más difícil aún porque tenes la contextura de una persona grande pero tu altura es la de una nena entonces es más difícil conseguir ropa que te quede bien.
Yo le había dicho a mi mamá que hiciera lo mismo esa vez, pero la modista se había ido de vacaciones. Así que tuve que ir a tratar de conseguir algo y probármelo yo sí o sí.

Ese día ya me había levantado de mal humor porque sabía que iba a tener que recorrer muchos locales y escuchar cosas feas. Pero cuando iba con mi mamá en el colectivo pensé: "Estoy podrida de que me digan esas cosas. Podrida de volver a casa llorando. Podrida de escuchar cosas feas y no poder decir nada. Podrida de que me agredan gratuitamente".

Sabía que esa vez no iba a volver a casa llena de bronca y angustia. Esa vez no.
Miré un par de vidrieras pero no entré a los locales porque directamente no me gustaba lo que había. Vestidos muy escotados y cortos. Justo para mí que no me gustaba mostrar nada.
Hasta que en una vidriera vi un vestido que zafaba pero era blanco y yo lo quería de color negro, porque obviamente no me iba a poner un vestido blanco para parecer una heladera o de color claro para parecer un globo de cumpleaños, como me había dicho un compañero el año anterior a quien yo como respuesta le tiré con un vaso y le sangré la nariz porque no se me ocurrió nada más agresivo.
Entramos al negocio con mi mamá y nos recibió un señor viejito y de anteojos que se parecía a Gepetto, el padre de Pinocho. Me vio y me sonrió.
Me pareció raro porque estaba acostumbrada a entrar a un local y que sin una mueca de simpatía me dijeran las frases que mencioné antes. Me preguntó que andaba buscando y mi mamá le dijo que necesitábamos un vestido así y así. Le dije que me gustaba el de la vidriera pero que quería saber si había de color negro y me dijo que de ese solo le quedaba el de la vidriera y uno rosa pastel, pero que si quería ver otros me mostraba.
Y lo mejor que me dijo fue que no me hiciera problema por el talle porque el era sastre y su esposa modista y que ellos los fabricaban. Así que si me gustaba alguno y quería modificarle algo ellos lo podían hacer.
Y agregó: "Acá vienen muchas nenas como vos, rellenitas, pero no te preocupes que te cuesta conseguir vestidos porque además sos bajita, pero ya vas a crecer y vas a cambiar, no es la muerte de nadie. Además como te dije, podemos arreglar el vestido como quieras".
Me cambió el humor porque no me trataba como a un bicho raro y sacó un montón de vestidos para que eligiera el modelo. Hasta que encontré otro que no era como el de la vidriera pero también era lindo y me dijo: "Este talle te va a quedar largo y el escote es grande y por tu cara veo que no te gusta pero no importa porque lo podemos cerrar. Lo demás te queda bien".
Mi mamá me miró y me dijo que me quedaba lindo.
Obvio, es mi mamá...

El viejito me dijo: "Bueno, entonces elegís este. Mi esposa no está pero voy a llamar a una empleada para que te tome las medidas, lo adaptamos a tu gusto y mañana a la mañana lo podes pasar a buscar". Me encantó escuchar eso. Me había sacado un peso enorme de encima (casi como el mío en ese entonces).

Llamó a una empleada que se llamaba Carina (nunca me voy a olvidar de ese nombre). Carina era una mina casi raquítica que medía como 1,80 m, morocha pero teñida de un rubio que le quedaba muy mal y unos rulos horribles muy despeinados. Tenía cara de gato barato (como mucho de $5) y miraba con sonrisa burlona. Llegó mascando chicle, no dijo ni "hola" y miró a Gepetto.
Este le dijo: "Mira, hay que tomarle las medidas a esta nena para que modifiquemos este vestido, ves? Le queda bien pero es muy largo para ella, y además le vamos a cerrar un poco el escote. ¿Le podes tomas las medidas, por favor?"
Le dijo: "Ok". Se acercó y me empezó a tomar las medidas. Mi mamá, como le cuesta cerrar la boca, le comentó: "Hace más de una hora que estamos buscando vestido. Es que es difícil encontrar para ella". La miré con cara de orto, obvio. ¿Qué tenía que andar contando nuestras peripecias para conseguir ropa para mí?.
La mina la miró y le dijo: "Y sí, debe ser difícil. Está medio deforme".

Mi mamá estaban tan sorprendida como yo, y dijo: "¿Cómo?".

Yo no podía creer lo que había escuchado. Automáticamente le dije: "¡¡¿Qué?!!".
Y como si nada, mirándome con una expresión que yo ya había conocido en otras vendedoras me dijo: "Y... estas gorda. Es difícil conseguir ropa con ese cuerpo".

Yo ya sabía que estaba gorda, pero no hacía falta que me mirara con esa cara y me repitiera algo que era obvio.
La empujé, me metí en el probador, me saqué el vestido lo más rápido que pude mientras escuchaba a mi mamá que fuera del probador le decía a la empleada que era una bruta y que llamara al dueño.
Salí del probador y esperé a la empleada con el vestido en la mano. Cuando llegó le dije: "¡¡Tomá, metételo en orto, hija de re mil puta!!", se lo tiré en la cara y empecé a caminar hacia la puerta.
Mi mamá me seguía diciéndome: "Vení Gioconda, hablemos con el señor". Me alcanzó, me agarró del brazo y me dijo: "Tranquilizate, hablemos con el señor". Al mismo tiempo que escuchaba a mi mamá sentía unos murmullos, como si Gepetto retara a la empleada y le decía que me pidiera disculpas. Hasta que en un momento escuché que le gritó que se fuera.

Mi mamá me llevó casi arrastrándome hasta donde estaba el dueño y le repitió lo que me había la hija de puta de la empleada.
Una clienta que estaba en el negocio miraba todo anonadada y decía : "¡Qué barbaridad! Decirle eso a una nena...".

El tipo no sabía como pedirnos disculpas. Le dijo a mi mamá que tenía toda la razón del mundo, que la empleada era una mal educada y que nos pedía disculpas a las dos en nombre de ella, que ya estaba más lejos porque el dueño le había gritado: "¡Andá para adentro!".

Después de un rato y después de que yo le gritara unas 20 veces que me quería ir a la mierda de ese local, mi mamá me convenció de que me quedara ya que había conseguido un vestido que me gustaba. Yo estaba enojada pero sabía que era poco probable que consiguiera otro, así que me quedé. Gepetto me tomó el largo del vestido que era lo único que faltaba y me dijo que fuese al otro día a buscar el vestido y nos pidió disculpas unas 300 veces más.

Me fui a casa, ya más calmada porque había insultado a alguien. No como otras veces que me iba de los locales llorando aunque no me hubiesen dicho nada tan fuerte.

Al otro día fui con mi mamá a buscar el vestido y estaban Gepetto y su esposa. Nos presentó y la señora nos pidió disculpas por lo que había pasado el día anterior y me dijo que esa empleada ya no trabajaba más ahí.

Me dio el vestido que ya estaba modificado, me lo probé y me gustó como me quedó.
Me pidió disculpas de nuevo y me dijo: "Por el mal momento que pasaron ayer les voy a hacer un descuento del 30%". Mi mamá le dijo que no hacía falta y que con las disculpas estaba bien pero la señora insistió. Y además nos dio un tarjeta que decía que teníamos el 15% de descuento por un año en todo lo que quisiéramos comprar para mí.

Era obvio que lo hicieron porque mi mamá el día anterior en un estado de calentura le había dicho a Gepetto que iba a hacer una denuncia.

Le dimos las gracias y nos fuimos del local. Nunca más volvimos a ese negocio. Apenas salí rompí la tarjeta y a tiré. Ya había conseguido el vestido que quería y esa perra se había quedado sin trabajo. No podía pedir más.

Así que quedó solo como una anécdota, porque después crecí y adelgacé y me empecé a comprar ropa en locales comunes como cualquier persona. No más talles especiales, no más vendedoras que me miraban mal y nos más pelotudas que me dijeran cosas hirientes.

Y lo más importantes es que desde esa vez nunca más me fui llorando de ningún local.

2/3/08

Adorable criatura


Anoche fuimos con mi novio a la casa de su madrina (Marisa) porque festejaba su cumpleaños.
La familia de él no vive en Buenos Aires así que la casa de su tía viene a ser algo así como la sucursal de la casa de su madre acá.
La madrina de mi novio es una divina total, me trata re bien y me adora. No me puedo quejar.

Así que anoche fuimos a cenar a su casa. Le compramos un regalo y nos dirigimos a Martínez que es donde vive ella con su familia.

El hijo mayor de Marisa tiene 35 años, es casado y tiene un hijo de 6 años (Felipe) y una hija en camino que se llamará Lara.
Felipe al ser el más pequeño de la familia de mi novio y aparentemente al haberse percatado de qu
e le queda poco tiempo de "niño mimado" y sabe que ya no será el centro de atención cuando nazca su hermanita, parece decidido quemar sus últimos cartuchos y se la pasa haciendo de todo para llamar la atención de todos y en todo momento.

Habla todo el tiempo como para asegurarse de que todos sepamos que él se encuentra entre nosotros, se manda una macana tras otra, y últitamente se le da por contar chistes verdes, que su madre dice no saber donde los aprendió pero todos sabemos que se los enseñó su hermano, o sea el tío de Felipe de 20 años.

Mientras jugabamos con Felipe con unos autitos, y esperábamos a los otros invitados para cenar...


Felipe: (dirigiéndose a Diego, mi novio)
¿Querés que te cuente un chiste?
Diego:
¿A ver?
Mamá de Felipe: ¡Ojito con lo que vas a decir!
F: ¡Pero no tiene palabras malas, de en serio, de en serio!
M de F:
Bueno...
F: ¿Vos sabés quien es Marcelo?
D: (me mira y nos reímos, porque la respuesta era obvia pero decide responderle igual)
No, no se.
F: ¡¡¡Agachate y conocelo!!!! Jajajajajajajajaja

Nos empezamos a reír, la mamá de Felipe se levanta de su asiento, lo agarra de la oreja y lo lleva con su padre.

M de F:
¡¿Qué te dije?! ¡¿Sos sordo?!
F: ¡¡Pero no dije ninguna palabra mala!! ¡¡Soltame loca!!
M de F: ¡¡No me digas loca! ¡¡Mal educado!!
Papá de F: (estaba en la habitación de al lado y no había escuchado el chiste) ¿¿Qué hizo ahora??
M de F: Le contó un chiste verde a Diego y me dijo loca a mí.
P de F: (dirigiéndose a F) ¿¿No te dije que no contaras más esos chiste y que no le faltes el respeto a mamá?? Ahora te quedas ahí sentado hasta que yo te diga.
F: ¡¡Pero quiero ir a jugar con la computadora del abuelo!! (se pone a llorar)
P de F: ¡¡Te quedás ahí!! ¡¡No me obligues a darte un sopapo!!

Al rato llegan más invitados de mi tía (más parientes, amigos, algunos vecinos). Cuando ya estábamos todos nos sentamos a la mesa. Eramos como 30 personas.
La cena transcurrió con normalidad. Felipe se quería sentar al lado de su tío (el hermano de su mamá) pero no lo dejaron por miedo a que lo incitara a contar otro de los chistes que le había enseñado.
En un momento, un tío de Diego (al que nunca lo vimos con un juguito de frutas en la mano) le dice a Felipe:
"Feli, ¿Qué pasa que no contás más chistes como los que nos contaste el otro día?"
.
Creo que la madre de Felipe no le tiró con el plato por respeto a la dueña de casa y se limitó a decir:
"Felipe está en capilla".

La cena transcurría con normalidad y Felipe estaba cada vez más incómodo porque no había más niños y se aburría, hasta que no tuvo mejor idea que abrir la boca y le dijo al tío borracho:
"¿¿Querés que te cuente un chiste??". El tío le dijo: "Dale contame", y él respondió: "No, porque mi mamá no me deja porque le dije loca jajajajaja".
Casi todos se rieron (menos su madre)
más que si efectivamente hubiese contado un chiste. Como Felipe veía que todos se reían, al rato volvía a decirle a cualquiera: "¿¿Querés que te cuente un chiste??" y ante la respuesta afirmativa de la otra persona decía: "No, porque mi mamá no me deja".

Después de decir eso 4 o 5 veces ya nadie se reía y hasta lo ignoraban, hasta que no pudo más y me dijo a mí, que lo tenía al lado porque había venido a sentarse en las piernas de mi novio para comer el postre.

F:
¿¿Querés que te cuente un chiste??
Gioconda:
No, porque tu mamá no te deja.
F: ¿¿Querés que te cuente un chiste??
M de F: ¡¡Deja de molestar, Felipe!!
F: ¡¡Dale!! ¿¿Te cuento un chiste???
G: (Pensando que si le decía que sí, me iba a responder lo mismo que antes y que iba a dejar de molestar) Bueno, dale, contame un chiste.
F:
Resulta que una señora manda una carta a un lugar para buscar novio...
- Algunas personas se pudieron a escucharlo, incluidos Diego y yo, porque pensábamos que en cualquier momento iba a decir alguna guarangada delante de todos y su padre le iba a dar el sopapo prometido-
M de F: Pobre de vos, Felipe...
F:
Y en la carta decía "Quiero un novio bajito, elegante, que le guste la pesca y las actividades en grupo". ¿¿Y sabés lo que le mandaron??
G: (pensando que mi respuesta podía desencadenar otro disgusto en sus padres, pero sabiendo que si eso sucedía no iba a ser por mi culpa) No, no se. ¿Qué le mandaron?
F: ¡¡Un pingüino!!! jajajajajajaja

Todos nos reímos aliviados.
La mamá de Felipe le dijo:
"¡¡Menos mal!!!" y Felipe le respondió: "¿Viste que no dije ninguna palabra mala, vieja loca?"
.
Su padre se levantó, lo agarró de un brazo y se lo llevó al living donde Felipe se quedó hasta que se fueron a su casa.

1/3/08

Oooooocho!

Mr. Bajoyo me ha dicho que tengo tarea para el hogar, y como no había hecho este top 8 (como aún no se lo que significa meme no voy a usar esa palabra así que le cambié el nombre) me puse dedos a la obra.
Pero primero, lo primero. Las reglas:

1. Cada jugador comienza con un listado de ocho cosas que quiere hacer antes de morir, no importa las que sean, pero ocho.
2. Hay que escribir esas ocho cosas en su blog, junto con las reglas del juego.
3. Hay que seleccionar a ocho personas más, invitarlas a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
4. Es importante no olvidar dejar un comentario desde donde nos invitaron a jugar.

Eeeeentonces:

1- Tener hijos (al menos 2).
2- Recibirme de psicóloga y de chef.
3- Conocer varios países que nunca visité, los que más me interesan son Egipto y Grecia.
4- Dar clases de psicología en la universidad.
5- Escribir un libro de psicología (escribirlo yo, no afanar como Bucay) y uno (al menos) de ficción.
6- Ver casarse a mis hijos y conocer a sus hijos y en lo posible a los hijos de sus hijos.
7- Poder seguir estudiando y haciendo las cosas que me gustan como lo hice siempre.
8- Que se me recuerde con la frase "esta mina es buena persona".

Bueno, no voy a poner en compromiso a nadie para hacerlo, así que los que tengan ganas que lo hagan y los que ya saben donde se pueden ir. Sí, a hacer algo que realmente tengas ganas de hacer :P