Cuando quiero a alguien...

Como le pasa a todo el mundo hay cosas que me gustan y cosas que no, cosas que me dan asco, cosas que detesto. Pero es increíble como cambia todo cuando una persona quiere a alguien y deja esas cosas en un segundo plano y hasta a veces en un tercero por esa persona.

Ejemplo 1: Siempre me dio un asco terrible la baba en general (esa que chorrea) y sobre todo la de los bebes. Nunca entendía como una madre podía tomarse un líquido de un vaso que hubiese sido usado antes por un bebé y tragarse los restos de comida del borde de éste, todos baboseados. Tampoco me gusta compartir helados (lamidos) con los demás.
Pero:
Ayer mi sobrinita de casi dos años estaba comiendo una galletita Merengada mientras yo la tenía a upa. Le encanta la crema rosa pero a las tapitas no las come. Ayer después de abrirla al medio y comerle la crema rosa, tenía la tapita toda chupada y baboseada en la mano. Me miró y me puso la tapita cerca de la boca, sonriente, diciéndole: "Aaaammmm".
Eso en "su dialecto" quiere decir: "Comé".
Le dije: "No gracias, la tía ya comió". Y con cara de tristeza volvió a decirme: "Am!".
Y bueno... por más asco que me diera no pude contra eso. Abrí la boca y me comí la galletita (sí, saquen esta frase de contexto... que graciosos, ja-ja...).
Mi sobrina sonrió contenta.
La galletita más rica que comí en mi vida.


Ejemplo 2: Me da asco la transpiración. Ir caminando por la calle en días de verano con remera o musculosa y que una persona transpirada me rose y moje mi brazo con su transpiración me repugna. Detesto que alguien venga y me de un beso con las mejillas chorreando sudor y moje la mía. Por supuesto si alguien sale a correr y me lo encuentro por la calle lo saludo de lejos. Sí, lo reconozco soy muy asquerosa con eso.
Pero:
El jueves tuve un día de mierda. Había hablado por teléfono con mi novio que está de viaje (como siempre) y me dijo que tiene que quedarse hasta el martes cuando había dicho que volvía el viernes.
Además discutimos de nuevo. Le mando un mensaje a "mi técnico personal" que es quien me sostiene en estos casos y me dice que él estaba entrenando, corriendo en la quinta de Olivos. Me dice que vaya a correr un rato con él para sacarme el mal humor.
Fui, lo encontré por la Av. Maipú y me uní a él. Lo saludé y mojo mi mejilla con su sudor. Me dijo: "Estoy todo transpirado". No me importó.
Corrimos un rato y mientras lo hacíamos, charlábamos. Le conté todo, me dio consejos que él siempre dice que yo escucho cuando quiero (y es verdad) y me contó experiencias suyas.
Me hizo bien. Después nos detuvimos y me dio uno de sus "abrazos de gol" que tanto me gustan. Pero estaba todo transpirado (yo no, porque no transpiro casi nada). Mojó mi remera y mientras me abrazaba me dijo: "A vos esto te da asco jajaja". Le dije que no me importaba y lo abracé más fuerte. Necesitaba eso. El es mucho más alto que yo. Sentí el sudor de su espalda chorreando en mis manos y el de su frente cayendo sobre mí. Su pecho mojó mi mejilla... Me dio 3 besos en la cabeza, apoyó su mejilla en mi pelo y me dijo: "Te quiero enana".
No me importó nada más.


UPDATE DE MIERDA: Estoy teniendo unos días de mierda que por más que yo trate de que no sea así, están opacando las cosas buenas que me pasan. Una cagada. Ayer aprobé los finales de las 2 materias de la carrera de chef que cursé con muy buenas notas. Debería estar contenta por eso, y lo estuve, solo que la alegría me duró hasta que salí de la escuela de cocina. Estuve bien mientras cocinaba, mientras rendía el teórico, haciendo bromas y riéndome con mis compañeras/os que son divinos entre un examen y el otro (porque tuvimos 2 examenes seguidos). A mí la presión no me deprime ni me bloquea, todo lo contrario, me hace focalizarme más en lo que hago y con eso olvido todo lo demás. Yo trabajo mejor bajo presión, no se porqué ni me interesa averiguarlo, porque es algo bueno, así que mejor dejo todo como está y no lo analizo. En el tiempo que estuve ahí no me acordé ni una vez de nadie que no estuviese en ese lugar. Solo de mi cuñada y de mi hermano que me mandaron un mensaje de texto para desearme suerte. La pasé bien durante esas horas. Cuando salí de ahí y tuve contacto con la realidad de nuevo se esfumó todo. Como esos borrachos que salen del boliche, les da un airesito y se caen al piso. Llegué a casa con un nudo en la garganta.
A la tarde jugué el último partido del torneo de hockey y ganamos. Estaba con un humor de miércoles y super angustiada, preparé mi bolso y mi palo de hockey casi sin ganas. Estuve así hasta que llegué al club, crucé la puerta de entrada, saludé a los chicos que fútbol que nos fueron a ver y estomáticamente cambié de humor. Tenía que estar concentrada en el partido. No podíamos perder. Estuve con mis amigas, hicimos el pre-calentamiento, fuimos a cambiarnos, tuvimos la charla con el técnico, nos arengamos unas a otras como siempre e hicimos el mismo ritual de las demás veces. Jugamos y ganamos. Me puse re contenta.
Pero después volví a casa y de nuevo la misma mierda. Pasé una noche de mierda. En otra época hubiese estado re feliz. Esta vez no. Lloré como una adolescente pelotuda. No digo que las adolescentes y la gente que llora sea pelotuda, pero yo lloré como una. Y hoy me levanté para el traste y durante todo el día tuve pequeños momentos de alegría (que duraron segundos) y después la angustia me ganó por goleada... mal.
Espero que se me vaya la angustia rápido, porque ya me había desacostumbrado a ella (tanto que me acuerdo cuando fue la última que sentí algo así y fue hace casi 6 meses) y ahora no la soporto. Los cartelitos "motivadores" que tengo en mi cuarto hoy no me sirven, quizás mañana sí, pero hoy no. Y no encuentro eso que dice el tema "Un poco de respeto" cuando canta: "Intento descubrir algo que me haga sentir mejor"... eso no aparece. O si aparece no está a mi alcance en este momento... y quiero que lo esté. Porque lo necesito, y mucho.