Noviembre de 1991. Gioconda estaba terminando el último año de la escuela primaria.
Colegio católico, apostólico, bla, bla, bla.
Nunca tuvo problemas con las calificaciones. Todo lo contrario, le iba muy bien.
Colegio católico, apostólico, bla, bla, bla.
Nunca tuvo problemas con las calificaciones. Todo lo contrario, le iba muy bien.
En diciembre se iba de viaje de egresados a Córdoba con sus amigos. Pero no sin antes asistir a la "Fiesta de fin de curso" donde le iban a entregar la medalla junto a sus compañeros, el diploma e iba a ser besada en ambas mejillas por la directora. La misma que años atrás debido a la extrema introversión de Gioconda le había dicho a su madre:
"¡Mire, señora! ¡Su hija necesita ir a la psicóloga! No niego que sea inteligente, pero es introvertida y no se relaciona con los demás. Su hija es del tipo de personas que tiene graves problemas cuando crece. Porque va a seguir siendo así toda su vida. ¿Y sabe lo que va a pasar? Cuando vaya a la secundaria va a seguir siendo igual o peor. Su hija se guarda todo. Cosas buenas y malas y no las exterioriza, y eso hace muy mal. Por algún lado va a salir todo eso. ¡No es normal. Una de dos: O le sale científica o entra con una arma al colegio y hace una masacre!"
Por supuesto que se equivocaba.
La persecución de la directora que me decía "Tenes que hablar más" cada vez que me veía, se termino ese día con el quilombo que hizo mi mamá. El cura se cagó ante la amenaza de mi mamá de sacarme del colegio (de cuota cara) y hacer un quilombo en la reunión de padres para contarles a todos (aunque ya lo sospechaban) la clase de directora que teníamos, e hizo que la misma nos pidiera disculpas. Fin del episodio.
Los dos último años de la primaria cambié mucho (porque yo quise) y hasta tenía amigos. Y lo mejor es que no maté a nadie.
Como decía, tenía que ir a la fiesta y había que ir "bien arregladita" como decía la vieja chota de la directora. Entonces como todas mis amigas cuando faltaba poco para que terminaran las clases fui con mi mamá a comprarme un vestido para lucir esa noche.
Tenia un pequeño problema. Bueno no, un problema grande... como mi trasero.
Sí, en ese entonces era bastante gordita. Después me "hice señorita" (como dice mi abuela. Como si antes hubiese sido un lemur) y cambié. Vino Andrés, adelgacé, crecí más, aparecieron las chicas de la delantera, y todo lo demás.
Pero antes de eso, era bastante rellenita, por decirlo de alguna manera. Y por supuesto no me gustaba mostrar mi cuerpo, entonces la mayor parte del tiempo usaba ropa deportiva, polleras largas, remeras largas, todo largo y con mangas. Nunca una musculosa ni remerita de mangas cortas. Bueno, lo que yo llamaba mangas cortas eran remeras que me llegaban casi hasta los codos y no quería usar nada más corto que eso.
Un viernes a la salida del colegio fui con mi mamá a un local en busca de un vestido.
"¡Mire, señora! ¡Su hija necesita ir a la psicóloga! No niego que sea inteligente, pero es introvertida y no se relaciona con los demás. Su hija es del tipo de personas que tiene graves problemas cuando crece. Porque va a seguir siendo así toda su vida. ¿Y sabe lo que va a pasar? Cuando vaya a la secundaria va a seguir siendo igual o peor. Su hija se guarda todo. Cosas buenas y malas y no las exterioriza, y eso hace muy mal. Por algún lado va a salir todo eso. ¡No es normal. Una de dos: O le sale científica o entra con una arma al colegio y hace una masacre!"
Por supuesto que se equivocaba.
La persecución de la directora que me decía "Tenes que hablar más" cada vez que me veía, se termino ese día con el quilombo que hizo mi mamá. El cura se cagó ante la amenaza de mi mamá de sacarme del colegio (de cuota cara) y hacer un quilombo en la reunión de padres para contarles a todos (aunque ya lo sospechaban) la clase de directora que teníamos, e hizo que la misma nos pidiera disculpas. Fin del episodio.
Los dos último años de la primaria cambié mucho (porque yo quise) y hasta tenía amigos. Y lo mejor es que no maté a nadie.
Como decía, tenía que ir a la fiesta y había que ir "bien arregladita" como decía la vieja chota de la directora. Entonces como todas mis amigas cuando faltaba poco para que terminaran las clases fui con mi mamá a comprarme un vestido para lucir esa noche.
Tenia un pequeño problema. Bueno no, un problema grande... como mi trasero.
Sí, en ese entonces era bastante gordita. Después me "hice señorita" (como dice mi abuela. Como si antes hubiese sido un lemur) y cambié. Vino Andrés, adelgacé, crecí más, aparecieron las chicas de la delantera, y todo lo demás.
Pero antes de eso, era bastante rellenita, por decirlo de alguna manera. Y por supuesto no me gustaba mostrar mi cuerpo, entonces la mayor parte del tiempo usaba ropa deportiva, polleras largas, remeras largas, todo largo y con mangas. Nunca una musculosa ni remerita de mangas cortas. Bueno, lo que yo llamaba mangas cortas eran remeras que me llegaban casi hasta los codos y no quería usar nada más corto que eso.
Un viernes a la salida del colegio fui con mi mamá a un local en busca de un vestido.
Fui de muy mal humor como tantas otras veces. No porque no me gustara vestirme bien. De hecho me gustaba y tenía ropa linda, pero me la compraba mi mamá porque yo odiaba ir a probarme ropa. Odiaba los negocios, los probadores, las vidrieras mostrando maniquies raquíticos con ropa que en mi casa solo podían ponerse mis muñecas , la cara de la empleadas mirándome de arriba hacia abajo como a un bicho raro, etc.
Había pocas cosas que odiara más que ir a comprar ropa. Porque eso implicaba recorrer vaya una a saber cuantos locales y escuchar muchas veces las frases: "Para vos no hay talle", "Te tengo que dar el talle de una mujer grande", "Mmm, no, no hay". Eso cuando entraba a los negocios, porque varias veces ya desde la puerta me decían: "No querida, los talles que tenemos son chiquitos".
Había pocas cosas que odiara más que ir a comprar ropa. Porque eso implicaba recorrer vaya una a saber cuantos locales y escuchar muchas veces las frases: "Para vos no hay talle", "Te tengo que dar el talle de una mujer grande", "Mmm, no, no hay". Eso cuando entraba a los negocios, porque varias veces ya desde la puerta me decían: "No querida, los talles que tenemos son chiquitos".
Esas frases son hirientes para una mujer grande. Imagínense para una nena de 12 años.
Pocas cosas me dolían más que eso, y varias veces volvía a casa llorando y sin haber comprado nada.
Mi mamá trataba de evitar eso a toda costa porque por supuesto no le gustaba que yo me pusiera mal y a veces directamente iba ella y me compraba talles grandes, para mujeres grandes y mandaba los vestidos a una modista para que los adaptara a mi cuerpo.
No digo que ser una persona obesa pero adulta sea fácil, pero ser obesa siendo una nena es más difícil aún porque tenes la contextura de una persona grande pero tu altura es la de una nena entonces es más difícil conseguir ropa que te quede bien.
Yo le había dicho a mi mamá que hiciera lo mismo esa vez, pero la modista se había ido de vacaciones. Así que tuve que ir a tratar de conseguir algo y probármelo yo sí o sí.
Ese día ya me había levantado de mal humor porque sabía que iba a tener que recorrer muchos locales y escuchar cosas feas. Pero cuando iba con mi mamá en el colectivo pensé: "Estoy podrida de que me digan esas cosas. Podrida de volver a casa llorando. Podrida de escuchar cosas feas y no poder decir nada. Podrida de que me agredan gratuitamente".
Pocas cosas me dolían más que eso, y varias veces volvía a casa llorando y sin haber comprado nada.
Mi mamá trataba de evitar eso a toda costa porque por supuesto no le gustaba que yo me pusiera mal y a veces directamente iba ella y me compraba talles grandes, para mujeres grandes y mandaba los vestidos a una modista para que los adaptara a mi cuerpo.
No digo que ser una persona obesa pero adulta sea fácil, pero ser obesa siendo una nena es más difícil aún porque tenes la contextura de una persona grande pero tu altura es la de una nena entonces es más difícil conseguir ropa que te quede bien.
Yo le había dicho a mi mamá que hiciera lo mismo esa vez, pero la modista se había ido de vacaciones. Así que tuve que ir a tratar de conseguir algo y probármelo yo sí o sí.
Ese día ya me había levantado de mal humor porque sabía que iba a tener que recorrer muchos locales y escuchar cosas feas. Pero cuando iba con mi mamá en el colectivo pensé: "Estoy podrida de que me digan esas cosas. Podrida de volver a casa llorando. Podrida de escuchar cosas feas y no poder decir nada. Podrida de que me agredan gratuitamente".
Sabía que esa vez no iba a volver a casa llena de bronca y angustia. Esa vez no.
Miré un par de vidrieras pero no entré a los locales porque directamente no me gustaba lo que había. Vestidos muy escotados y cortos. Justo para mí que no me gustaba mostrar nada.
Hasta que en una vidriera vi un vestido que zafaba pero era blanco y yo lo quería de color negro, porque obviamente no me iba a poner un vestido blanco para parecer una heladera o de color claro para parecer un globo de cumpleaños, como me había dicho un compañero el año anterior a quien yo como respuesta le tiré con un vaso y le sangré la nariz porque no se me ocurrió nada más agresivo.
Entramos al negocio con mi mamá y nos recibió un señor viejito y de anteojos que se parecía a Gepetto, el padre de Pinocho. Me vio y me sonrió.
Me pareció raro porque estaba acostumbrada a entrar a un local y que sin una mueca de simpatía me dijeran las frases que mencioné antes. Me preguntó que andaba buscando y mi mamá le dijo que necesitábamos un vestido así y así. Le dije que me gustaba el de la vidriera pero que quería saber si había de color negro y me dijo que de ese solo le quedaba el de la vidriera y uno rosa pastel, pero que si quería ver otros me mostraba.
Y lo mejor que me dijo fue que no me hiciera problema por el talle porque el era sastre y su esposa modista y que ellos los fabricaban. Así que si me gustaba alguno y quería modificarle algo ellos lo podían hacer.
Y agregó: "Acá vienen muchas nenas como vos, rellenitas, pero no te preocupes que te cuesta conseguir vestidos porque además sos bajita, pero ya vas a crecer y vas a cambiar, no es la muerte de nadie. Además como te dije, podemos arreglar el vestido como quieras".
Me cambió el humor porque no me trataba como a un bicho raro y sacó un montón de vestidos para que eligiera el modelo. Hasta que encontré otro que no era como el de la vidriera pero también era lindo y me dijo: "Este talle te va a quedar largo y el escote es grande y por tu cara veo que no te gusta pero no importa porque lo podemos cerrar. Lo demás te queda bien".
Mi mamá me miró y me dijo que me quedaba lindo.
Obvio, es mi mamá...
El viejito me dijo: "Bueno, entonces elegís este. Mi esposa no está pero voy a llamar a una empleada para que te tome las medidas, lo adaptamos a tu gusto y mañana a la mañana lo podes pasar a buscar". Me encantó escuchar eso. Me había sacado un peso enorme de encima (casi como el mío en ese entonces).
Llamó a una empleada que se llamaba Carina (nunca me voy a olvidar de ese nombre). Carina era una mina casi raquítica que medía como 1,80 m, morocha pero teñida de un rubio que le quedaba muy mal y unos rulos horribles muy despeinados. Tenía cara de gato barato (como mucho de $5) y miraba con sonrisa burlona. Llegó mascando chicle, no dijo ni "hola" y miró a Gepetto.
Este le dijo: "Mira, hay que tomarle las medidas a esta nena para que modifiquemos este vestido, ves? Le queda bien pero es muy largo para ella, y además le vamos a cerrar un poco el escote. ¿Le podes tomas las medidas, por favor?"
Le dijo: "Ok". Se acercó y me empezó a tomar las medidas. Mi mamá, como le cuesta cerrar la boca, le comentó: "Hace más de una hora que estamos buscando vestido. Es que es difícil encontrar para ella". La miré con cara de orto, obvio. ¿Qué tenía que andar contando nuestras peripecias para conseguir ropa para mí?.
La mina la miró y le dijo: "Y sí, debe ser difícil. Está medio deforme".
Miré un par de vidrieras pero no entré a los locales porque directamente no me gustaba lo que había. Vestidos muy escotados y cortos. Justo para mí que no me gustaba mostrar nada.
Hasta que en una vidriera vi un vestido que zafaba pero era blanco y yo lo quería de color negro, porque obviamente no me iba a poner un vestido blanco para parecer una heladera o de color claro para parecer un globo de cumpleaños, como me había dicho un compañero el año anterior a quien yo como respuesta le tiré con un vaso y le sangré la nariz porque no se me ocurrió nada más agresivo.
Entramos al negocio con mi mamá y nos recibió un señor viejito y de anteojos que se parecía a Gepetto, el padre de Pinocho. Me vio y me sonrió.
Me pareció raro porque estaba acostumbrada a entrar a un local y que sin una mueca de simpatía me dijeran las frases que mencioné antes. Me preguntó que andaba buscando y mi mamá le dijo que necesitábamos un vestido así y así. Le dije que me gustaba el de la vidriera pero que quería saber si había de color negro y me dijo que de ese solo le quedaba el de la vidriera y uno rosa pastel, pero que si quería ver otros me mostraba.
Y lo mejor que me dijo fue que no me hiciera problema por el talle porque el era sastre y su esposa modista y que ellos los fabricaban. Así que si me gustaba alguno y quería modificarle algo ellos lo podían hacer.
Y agregó: "Acá vienen muchas nenas como vos, rellenitas, pero no te preocupes que te cuesta conseguir vestidos porque además sos bajita, pero ya vas a crecer y vas a cambiar, no es la muerte de nadie. Además como te dije, podemos arreglar el vestido como quieras".
Me cambió el humor porque no me trataba como a un bicho raro y sacó un montón de vestidos para que eligiera el modelo. Hasta que encontré otro que no era como el de la vidriera pero también era lindo y me dijo: "Este talle te va a quedar largo y el escote es grande y por tu cara veo que no te gusta pero no importa porque lo podemos cerrar. Lo demás te queda bien".
Mi mamá me miró y me dijo que me quedaba lindo.
Obvio, es mi mamá...
El viejito me dijo: "Bueno, entonces elegís este. Mi esposa no está pero voy a llamar a una empleada para que te tome las medidas, lo adaptamos a tu gusto y mañana a la mañana lo podes pasar a buscar". Me encantó escuchar eso. Me había sacado un peso enorme de encima (casi como el mío en ese entonces).
Llamó a una empleada que se llamaba Carina (nunca me voy a olvidar de ese nombre). Carina era una mina casi raquítica que medía como 1,80 m, morocha pero teñida de un rubio que le quedaba muy mal y unos rulos horribles muy despeinados. Tenía cara de gato barato (como mucho de $5) y miraba con sonrisa burlona. Llegó mascando chicle, no dijo ni "hola" y miró a Gepetto.
Este le dijo: "Mira, hay que tomarle las medidas a esta nena para que modifiquemos este vestido, ves? Le queda bien pero es muy largo para ella, y además le vamos a cerrar un poco el escote. ¿Le podes tomas las medidas, por favor?"
Le dijo: "Ok". Se acercó y me empezó a tomar las medidas. Mi mamá, como le cuesta cerrar la boca, le comentó: "Hace más de una hora que estamos buscando vestido. Es que es difícil encontrar para ella". La miré con cara de orto, obvio. ¿Qué tenía que andar contando nuestras peripecias para conseguir ropa para mí?.
La mina la miró y le dijo: "Y sí, debe ser difícil. Está medio deforme".
Mi mamá estaban tan sorprendida como yo, y dijo: "¿Cómo?".
Yo no podía creer lo que había escuchado. Automáticamente le dije: "¡¡¿Qué?!!".
Y como si nada, mirándome con una expresión que yo ya había conocido en otras vendedoras me dijo: "Y... estas gorda. Es difícil conseguir ropa con ese cuerpo".
Yo ya sabía que estaba gorda, pero no hacía falta que me mirara con esa cara y me repitiera algo que era obvio.
La empujé, me metí en el probador, me saqué el vestido lo más rápido que pude mientras escuchaba a mi mamá que fuera del probador le decía a la empleada que era una bruta y que llamara al dueño.
Salí del probador y esperé a la empleada con el vestido en la mano. Cuando llegó le dije: "¡¡Tomá, metételo en orto, hija de re mil puta!!", se lo tiré en la cara y empecé a caminar hacia la puerta.
Mi mamá me seguía diciéndome: "Vení Gioconda, hablemos con el señor". Me alcanzó, me agarró del brazo y me dijo: "Tranquilizate, hablemos con el señor". Al mismo tiempo que escuchaba a mi mamá sentía unos murmullos, como si Gepetto retara a la empleada y le decía que me pidiera disculpas. Hasta que en un momento escuché que le gritó que se fuera.
Y como si nada, mirándome con una expresión que yo ya había conocido en otras vendedoras me dijo: "Y... estas gorda. Es difícil conseguir ropa con ese cuerpo".
Yo ya sabía que estaba gorda, pero no hacía falta que me mirara con esa cara y me repitiera algo que era obvio.
La empujé, me metí en el probador, me saqué el vestido lo más rápido que pude mientras escuchaba a mi mamá que fuera del probador le decía a la empleada que era una bruta y que llamara al dueño.
Salí del probador y esperé a la empleada con el vestido en la mano. Cuando llegó le dije: "¡¡Tomá, metételo en orto, hija de re mil puta!!", se lo tiré en la cara y empecé a caminar hacia la puerta.
Mi mamá me seguía diciéndome: "Vení Gioconda, hablemos con el señor". Me alcanzó, me agarró del brazo y me dijo: "Tranquilizate, hablemos con el señor". Al mismo tiempo que escuchaba a mi mamá sentía unos murmullos, como si Gepetto retara a la empleada y le decía que me pidiera disculpas. Hasta que en un momento escuché que le gritó que se fuera.
Mi mamá me llevó casi arrastrándome hasta donde estaba el dueño y le repitió lo que me había la hija de puta de la empleada.
Una clienta que estaba en el negocio miraba todo anonadada y decía : "¡Qué barbaridad! Decirle eso a una nena...".
El tipo no sabía como pedirnos disculpas. Le dijo a mi mamá que tenía toda la razón del mundo, que la empleada era una mal educada y que nos pedía disculpas a las dos en nombre de ella, que ya estaba más lejos porque el dueño le había gritado: "¡Andá para adentro!".
Una clienta que estaba en el negocio miraba todo anonadada y decía : "¡Qué barbaridad! Decirle eso a una nena...".
El tipo no sabía como pedirnos disculpas. Le dijo a mi mamá que tenía toda la razón del mundo, que la empleada era una mal educada y que nos pedía disculpas a las dos en nombre de ella, que ya estaba más lejos porque el dueño le había gritado: "¡Andá para adentro!".
Después de un rato y después de que yo le gritara unas 20 veces que me quería ir a la mierda de ese local, mi mamá me convenció de que me quedara ya que había conseguido un vestido que me gustaba. Yo estaba enojada pero sabía que era poco probable que consiguiera otro, así que me quedé. Gepetto me tomó el largo del vestido que era lo único que faltaba y me dijo que fuese al otro día a buscar el vestido y nos pidió disculpas unas 300 veces más.
Me fui a casa, ya más calmada porque había insultado a alguien. No como otras veces que me iba de los locales llorando aunque no me hubiesen dicho nada tan fuerte.
Al otro día fui con mi mamá a buscar el vestido y estaban Gepetto y su esposa. Nos presentó y la señora nos pidió disculpas por lo que había pasado el día anterior y me dijo que esa empleada ya no trabajaba más ahí.
Me fui a casa, ya más calmada porque había insultado a alguien. No como otras veces que me iba de los locales llorando aunque no me hubiesen dicho nada tan fuerte.
Al otro día fui con mi mamá a buscar el vestido y estaban Gepetto y su esposa. Nos presentó y la señora nos pidió disculpas por lo que había pasado el día anterior y me dijo que esa empleada ya no trabajaba más ahí.
Me dio el vestido que ya estaba modificado, me lo probé y me gustó como me quedó.
Me pidió disculpas de nuevo y me dijo: "Por el mal momento que pasaron ayer les voy a hacer un descuento del 30%". Mi mamá le dijo que no hacía falta y que con las disculpas estaba bien pero la señora insistió. Y además nos dio un tarjeta que decía que teníamos el 15% de descuento por un año en todo lo que quisiéramos comprar para mí.
Era obvio que lo hicieron porque mi mamá el día anterior en un estado de calentura le había dicho a Gepetto que iba a hacer una denuncia.
Le dimos las gracias y nos fuimos del local. Nunca más volvimos a ese negocio. Apenas salí rompí la tarjeta y a tiré. Ya había conseguido el vestido que quería y esa perra se había quedado sin trabajo. No podía pedir más.
Me pidió disculpas de nuevo y me dijo: "Por el mal momento que pasaron ayer les voy a hacer un descuento del 30%". Mi mamá le dijo que no hacía falta y que con las disculpas estaba bien pero la señora insistió. Y además nos dio un tarjeta que decía que teníamos el 15% de descuento por un año en todo lo que quisiéramos comprar para mí.
Era obvio que lo hicieron porque mi mamá el día anterior en un estado de calentura le había dicho a Gepetto que iba a hacer una denuncia.
Le dimos las gracias y nos fuimos del local. Nunca más volvimos a ese negocio. Apenas salí rompí la tarjeta y a tiré. Ya había conseguido el vestido que quería y esa perra se había quedado sin trabajo. No podía pedir más.
Así que quedó solo como una anécdota, porque después crecí y adelgacé y me empecé a comprar ropa en locales comunes como cualquier persona. No más talles especiales, no más vendedoras que me miraban mal y nos más pelotudas que me dijeran cosas hirientes.
Y lo más importantes es que desde esa vez nunca más me fui llorando de ningún local.
34 comentarios:
Oremos al señor porque la anorexia y otros desórdenes alimenticios hayan liquidado a esa perra, ameeeeeennnnn!
mi mejor amiga de la secundaria era gordita y la vi pasar por todas esas experiencias horribles que contó... para hijas de p, las vendedoras son las mejores.
beso
pd: me encanta su madre, siempre quiere denunciar!! adórola
Fue muy feo lo que te paso, la sociedad esta enferma y te lleva a la delgadez extrema provocando problemas de autoestima y desordenes de todo tipo, gracias a Dios te defendiste y no te afecto en tu amor propio.Besos.
pero what a bitch!!!
que se joda poruque se quedo sin laburo! :@
al fin una vez que se hace justicia..!
que relatito! hacia mucho que no lei un post tan largo...
yo como respuesta le tiré con un vaso y le sangré la nariz porque no se me ocurrió nada más agresivo
y la directora decía que no exteriorizabas!!
slds
Hola!
Soy Daniela
hace un tiempo que entro a tu blog y me gusta mucho.
hoy la verdad me senti muy identificada en la primaria me pasaba lo mismo, no me relacionaba con mucha gente, me vestia con ropa grande, despues vino andres y cambie, pero ahora con casi 21 años tengo unos kilos arriba y cada vez que quiero comprar algo me pasa lo mismo, primero que la ropa que hay no me gusta y segundo que las vendedoras me tratan bastante para la mierda por no medir 1.80 y ser 90-60-90 y lo peor es que como estan desesperadas por vender me quieren enganchar las remeras super largas que estan de moda, imaginate una persona de 1.50 m con algunos kilos de mas... un desastre y bue ya me acostumbre a volver a casa con las manos vacias.
tu mamá se porto genial, ojala la mia fuera asi...
besos!!
que mina hija de mil...!
después no entienden como existen los problemas alimenticios...
con semejantes presiones de gente que no entiende que que seas diferente no te hace mejor ni peor persona...
y bue... por suerte conseguiste lo que querias...
Un post del carajo!!!
Nadie, nadie, absolutamente nadie está libre que de un día para el otro de pronto un hipotiroidismo, por un decir, te clave 20 kilos arriba. Ni la mas flaca.
Siempre dije que el mejor estuche para la lengua es el orto.
Siempre y cuando se tenga cerebro. Obvio.
Bien por Gioco! chiquita y ya con actitud je!
Que bueno que ya no sufris por eso. Un beso. Me gustó mucho.
Qué terrible! Los buenos modales los vendió para comprarse el chicle? Hay muchas nenas de 10 años que hoy en día no quieren comer porque no le entra la ropa talle único que se venden en todos lados
La verdad, es que tiemblo solamente de pensar cuántas nenas pasan todos los días por esas experiencias. Qué suerte que hayas podido putearla a esa yegua! Que sigas bien!
Uy, yo nunca tuve ese problema pero sí una "primita" (ahora tiene 25 pero en algún momento fue una nena para mí). Una vez la acompañé con la madre a comprarse ropa (tendría unos trece o catorce años. Ahora no es una sílfide pero es normal y divina) y me acuerdo que nos pedía que entremos nosotras a preguntar por el talle. Creo que si pasaba algo así delante mío, por ahí en el momento yo no hubiese hecho demasiado porque calculo que también es incómodo para el ofendido, pero después te juro que hubiese vuelto y le hubiese armado el escándalo de su vida a la mina esa. Ni un trabajo más iba a conseguir la mina esa!!! Es un animal.
Por suerte ahora hay leyes que obligan a la gente bestia a pensar aunque sea un poco más las estupideces que van a decir (sobre todo tratándose de niños o adolescentes), o al menos es más fácil hacerles un escándalo sin quedar como un loco.
Calíope: Seguro que algún desorden tenía. No podía ser tan flaca. Se le notaban los huesos por todos lados y estaba re consumida.
Y sí, algunas vendedoras son re perras.
Mi mamá en seguida amenaza con llamar a una tropilla de abogados jajajaja.
Beso.
Bere: Es verdad, mucha gente llega a esas cosas por culpa de los demás. Y sí, esas cosas hieren y más a los niños. Yo tengo la suerte de que ese tipo de cosas me afecten poco sino quién sabe si ahora o en algún momento no hubiese sufrido alguno de los problemas de los que tanto se habla por estos días.
Beso.
Lulis: Sí, la rajaron ese mismo día. Que se joda. Ojalá haya servido para que la seguiente vez haya usado el cerebro antes de abrir la boca.
Alejo: Es verdad jajaja. Es que hasta 5to grado fui introvertida, pero en los dos últimos años cambié mucho y como ves, a veces exteriorizaba de más :P
Saludos.
Danu: Sí es muy fea esa situación. Pasar un mal rato y volver con las manos vacías también. O sino cuando quieren venderte algo a toda costa y te empiezan a mostrar ropa que a un payaso le daría verguenza usar y quieren que la lleves mintiéndote que te queda diviiiino.
Besos y bienvenida.
Agos!: Tal cual. Algunas vendedoras están enfermas y te transfieren eso.
Sí, por suerte conseguí.
Recontra: Se agradece.
Una pepina: Jajajaja muy bueno lo del estuche. Es verdad que nadie está libre de eso. Decí que no le deseo enfermedades a nadie pero a toda esa gente que se burla o trata mal a las personas con sobrepeso deberían disparárseles las tiroides para cualquier lado y ganarse varios quilos de más para que vean lo feo que es cuando a una la tratan así.
Y sí, tenía actidud porque estaba podrida de que me trataran así. En algún momento tenía que explotar (en ese sentido, obvio jajaja).
Beso.
Carla: Sí, por suerte la naturaleza hizo lo suyo y no tuve mayores problemas.
Besos y bienvenida.
Pataca: Se ve que sí.
De 10 años y menores también. Una de mis profesoras de la facultad tiene una paciente de 4 años que no quería comer porque otra nena en el jardín le dijo que una campera la hacía gorda y que cuando fuese grande iba a ser tan gorda como una vaca.
A esas cosas los chicos no las inventan. O se la escucharon decir a alguien o lo vieron en televisión o algo, pero esas cosas no salen de su boca porque sí.
Mañana será otro día: Sí, eso es lo peor; que aún hay gente que pasa por eso o por cosas peores, como subir a un colectivo y no entrar en los asientos o que directamente no los dejen subir, viajar en avión y que les cobren dos pasajes, etc.
Con respecto a la puteada... esta podridísima jeje.
Señorita cosmos: Es muy feo. Yo tenía ganas de romper todo. Pero mi mamá porque es re "paz y amor" siempre habla tranquila aunque se esté cayendo el mundo... yo no. Tal vez si le pasara eso auna hija mía rompería todo :P
viva gepetto!!!!!
jaja ojala el mundo estuviera lleno de sres asi y no de taradas que atiendan los locales!!!
a mi tmb me pasaba eso cuando era chica,no comprarme el casas de chicos y si de grande (o sea antes como quieres que te quiera y 47 strett no existian)
pero bueno, te re entiendo
Mi negra (mi novia) es muy gordita, muy. Y las veces que la acompañé terminé pensando si no es peor la vendedora que le quiere vender algo que le queda ajustadísimo, haciéndole creer que le queda bien, o la que le dice desde la puerta "no tengo nada para vos".
Te juro que los dueños de los locales de aquí piensan igual que los empleados...
Primera vez que leo tu blog y realmente te entiendo. Yo cuando era niña tambien pasé por algo similar, pero en mi caso fue tanta la presión y burlas de mis compañeros de curso para que bajara de peso (y además conocí a un chico que me gustaba) que bajé mucho y en poco tiempo. Afortunadamente me quedé así, pero esas cosas no se olvidan. Tu mamá me recordó a la mía que también me defendía todo el tiempo, pero nunca le conté que se burlaban de mi en la escuela.
Saludos.
Está todo bien, pero aún no entiendo, por qué no lo disculpaste al dueño del negocio? Creo que él y su esposa se portaron bien con vos, no sé, digo. Tal vez estabas demasiado enojada y no te diste cuenta, pero al despedir a la mala chica te demostró que estaba de tu lado...
Entre a tu blog,por medio del de mi hija bere,realmente me conmovio tu historia,porque en un epoca de mi vida vendia ropa,y siempre trataba de encontrar algo, a las personas como vos a las que la sociedad todavia no le habia hecho una medida,por suerte esa epoca desaparecio y ya encontramos ropa para talles forte como dicen en italia,a mi ahora me pasa lo contrario,de flaca pasa a gordita ,pero siempre encuentro algo que me gusta y me lo compro y si la empleada me da problemas le hago sacar todo asi tiene que trabajar mas
Que sufrido puede llegar a ser un niño, es terrible hacerlo pasar por semejante angustia.
Ojala muchos puedan decidir dejar de llorar y mandar a la puta que lo pario a quien se atreva a tratarlo mal.
Que turra, decirte que estas deforme, era para bajarle los dientes con un mata fuego.
Besos
que bronca que me dio.
lo de la monja chota, son todas iguales frigidas de mierda y ni siquiera mal cogidas. las odio.
y lo de la empleada, muy feo desagradable, justo que el vestido te gustaba y te quedó lindo?
a mi el señor me pareció amable, que situación de mierda.
lo mejor es ir a una modista, cuando mi prima se casó mi mamá le hizo el vestido de novia a medida eso que mi prima cumple con el standar de moldes.
lindo post.bravo y cruel pero me gusto.
Gioco...usted se encuentra con cada espécimen!!!!
"Como si antes hubiese sido un lemur"
Frase gloriosa.
Las empleadas de locales de ropa a veces parecen entrenadas para hacer sentir horribles a las clientas.
Es puro resentimiento.
Por lo menos tuvo su merecido.
Karma, que le dicen.
Gracias por la visita! :D
Little queen: Por un mundo con más Gepettos y menos gatos baratos! jajaja
Amaliovilla: Horrible cuando te quieren vender cualquier cosa.
Y acá eso lo hacen también con la gente que no es gordita. Es que algunas vededoras ganan con la comisión y te quieren encajar lo que sea con tal de hacer una venta.
Y acá también hay dueños que piensan así. Por suerte ahora está la ley de talles para la gente que los necesita.
Neviapop: Sí, los niños son muy crueles. A mi me cargaban pero no tanto porque yo respondía, entonces preferían cargar a otra nena que era casi como yo pero ella lloraba y nunca se defendía. El del vaso no me cargó más.
Yo tampoco le contaba a mi mamá. Al principio los ignoraba y después me cansé y empecé a decir y hacer todo lo que antes tenía ganas de hacer y no me animaba. Con decirte que una vez una maestra me vio rompiéndole el cuaderno (que linda le nena :P) a un chico que me había cargado y me dijo que yo tenía razón. A mi no me retó y al chico le puso una nota en el cuaderno de comunicados y llamó a su madre.
Que bueno que hayas podido llegar a tu peso.
Clara y Pepe: Al señor le acepté las disculpas. Después al negocio no volví porque no me hacía falta comprar en lugares de talles especiales. A la tarjeta la rompí porque era obvio que me la habían dado porque tenían miedo de que mi mamá hiciera una denuncia o algo. Así que no la quise.
Mónicas: Bienvenida mamá de Bere!
Por suerte aún quedan vendedoras como lo eras vos. Son pocas, pero hay.
Yo también hago eso de hacerle sacar todo si veo que es mala onda jajaja. Pero cuando tenía 12 años y mucha bronca solo se me ocurrió insultarla.
Ahora, hasta las hago sacar todo, y me voy sin comprar :P
Morena: Y si, es feo. Además porque, que a una la carguen sus compañeros del colegio es hasta normal pero que una persona grande te diga algo así duele más.
Sí, dan ganas de romperles el comedor jajaja.
Besos.
Willowcita: Sí, iba a una modista pero la que hacía mi ropa estaba de vacaciones. Sí, me quedó lindo. Bueno, lindo... lo que se puede decir lindo. A esa edad no me gustaba como me quedaba nada. Pero ahora si veo las fotos, veo que no me quedaba tan mal como yo pensaba.
Bajoyo: Jajaja. Sí, pero también con gente buena, solo que es más divertido hablar de esta gentuza :P
Ya voy a escribir un post de gente linda jeje.
Ardillor: Jejeje es que siempre me pareció tonta la frase "se hizo señorita" :P
Sí, a veces parece que estudiaran para eso.
Que tenga suerte en su próxima vida como escarabajo pelotero :P
Besos y gracias por pasar!
Bueno, si me quiero comprar un saco tengo ese problema, claro, hice deportes toda la vida, ahora tengo sobre peso, pero el tema es que me miran mal cuando me tiene que dar un par de sacos para ver los talles, hasta ahora con la simple pregunta "tenes algun problemita?" el vendedor deja de hacer gestos, claro, si me paro en un boliche me confundís con los patovica, a lo mejor eso ayuda. así que no es problema exclusivo de las damas ni de las niñas.
Ah me olvidaba, una ricurita el pibito eh
buscando vestidos en google encontré este blog lamentablemente la curiosidad me mato solo por su titulo y tambien me senti identificada porque hace ya dos años y medio que me logro semi mantener en todo lo que logre bajar pero nunca me paso algo tan fuerte como lo tuyo y realmente es chocante hasta el leerlo :S en fin a mi mis hermanos era la tipica pelea de los dias domingos pok mi mama siempre decia k mejor gordita antes que rakitica en fin mi mama hasta el dia de hoy no lo entiende del todo lo unico que se es k por ello nunca pude hacer una vida totalmente normal e inclusive ahora
ya que ahora se preocupan de si como o porque como en exceso lo malo es que a mi si me daña porque aunque pocos lo sepan tengo problemas alimenticios por asi decir el sistema de mi casa y familia en general me llevo a ello y yo tbm... nose porque escribo esto pero es solo que es rico saber y entender que hay personas que tubieron tu mismo problema pero ellas en si estan bien haciendo una vida normal y me hace preguntarme el porque yo no puedo lograr hacer lo mismo?
en fin un desahogo entre palabras
lindo blogg :D
hola!!
tengo que decir que pocas veces dejo comentarios en blogs de personas que no conozco, pero tu historia me facino... mas que nada por ke entiendo cada palabra de lo que escribes, pues a mi me pasa lo mismo, con la diferencia de que yo nunca enflaque.
me encantaría tener tu caracter para gritarle algo asi a la siguiente tipa que me vea como si yo fuera un "freak" o me recomiende irme a la sección de tallas extras cuando voy a comprarme ropa... cosa que por supuesto aborrezco con toda el alma
-violeta-
no me puedo sentir mas identificada con tu historia... me paso toda la vida solo que por mas andres que vino no cambie! detesto comprarme ropa y este año termino la secundaria y tengo el mismo problema para conseguir un puto vestido que me entre y no sea floreado y a lunares como el que usaria mi abuela para barrer la vereda!!!
es mas, mi tia tiene un negocio de ropa y cuando la acompaño a hacer comprar a los mayoristas nos volvemos locas buscando negocios que tengan talles grandes!!
y si, las vendedoras son todas unas hijas de puta!! sobre todo las que te dan un vestidito talle unico y te reee juran que te va entrar!!! la concha de tu madre es obvio que no me entra!!!
en fin..
un beso!!
suerte!
Tu eres una diosa para escribir, tu relato me ha resultado una maravillosa visión, te felicito y enhorabuena por no dejarte de aquellos imbéciles que se piensan que pueden herir sin más.
Felicitaciones
ja! a mi me pasa lo mismo jaja me hubiese gustado tener una vieja asi...por lo menos qu me diga algo...alguien de mi familia jajaj....estoy un poco resentida jajaja en algun lugar me tenia q descargar...aunque sea algo...ja
Hola, lei tu historia, y quisiera saber que me recomendarias a mi porque estoy gordasa y siento que no me keda nada bin, y en dos meses tengo mi fiesta de egresados, y no encuentro nada que me quede bien, todo me hace gorda como una vaca, no se que hacer, estoy bajando, pero a costa d mucho esfuerzo, casi no como, mi mail es valefiestera@hotmail.com
La verdad es vergonzoso como algunas personas pueden ser tan crueles y tan estupidas como esta mujer-cosa de la que hablas.
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