
Si hablamos del hombre y la mujer, dicen que una linea muy delgada separa una amistad de algo más, y que la amistad dura hasta que uno de los dos hace clic.
Hace un par de años me dijiste: "Che, nena, yo no quiero arruinar la amistad pero algunas cosas..." y yo no te quise escuchar, no te dejé terminar la frase y te dije: "No seas boludo, dejate de joder, yo no quiero dejar de ser tu amiga... y tengo novio".
Vos ya sabías esto y me diste la razón, y atribuimos eso a que vos habías cortado con tu novia y te sentías solo. Estuvimos de acuerdo en eso y decidimos seguir con nuestra amistad.
Te esforzaste por mí, y te jugaste por mí, y te la bancaste por mí, y lo olvidaste por mí.
Porque yo te quería mucho (corrección: te quiero mucho) y no quería que nos alejáramos. Ya me había alejado de alguien en mi adolescencia por ese motivo pero era alguien que no me iba ni me venía, así que no me importó. Con vos era distinto.
Olvidamos el episodio y seguimos con nuestra amistad como si nada, como si esa charla (que duró segundos) no hubiese existido.
Hasta me dejaste dormir con vos cuando eso era todo lo que yo quería. Solo eso. Solo dormir. No dormir sola. Cuando estaba triste o cuando estábamos de vacaciones con amigos y por ahí caían amigos de sorpresa (la casa de mis abuelos siempre fue un "albergue para amigos y amigas en desgracia o cortos de dinero en vacaciones que no tenían donde quedarse" y estoy orgullosa de eso) y había que compartir cama. Nunca tuvimos problemas con eso. Y yo pensaba: "Puede dormir conmigo, ya se olvido de todo, que bueno".
Nunca nada, solo un comentario tuyo una noche después de unos cuantos tragos, cuando me dijiste: "algún día vas a hacer clic" así de la nada. Y yo no te di bola.
Creo que a veces hasta fui cruel con vos en ese sentido. Pero porque no quería que terminara nuestra amistad. Y vos lo supiste aceptar y seguir cerca mío como yo quería, como amigos.
Te pusiste de novio, yo corté. Me puse de novia, vos cortaste.
Idas y venidas y nosotros siempre igual. Eso me encantaba. Nuestra amistad era y es intocable.
Este fin de semana jugaste en Obras. Eran partidos importantes, eliminatorias para el mundial, la primera vez que se jugaba acá, bla, bla, bla.
Hace un par de años me dijiste: "Che, nena, yo no quiero arruinar la amistad pero algunas cosas..." y yo no te quise escuchar, no te dejé terminar la frase y te dije: "No seas boludo, dejate de joder, yo no quiero dejar de ser tu amiga... y tengo novio".
Vos ya sabías esto y me diste la razón, y atribuimos eso a que vos habías cortado con tu novia y te sentías solo. Estuvimos de acuerdo en eso y decidimos seguir con nuestra amistad.
Te esforzaste por mí, y te jugaste por mí, y te la bancaste por mí, y lo olvidaste por mí.
Porque yo te quería mucho (corrección: te quiero mucho) y no quería que nos alejáramos. Ya me había alejado de alguien en mi adolescencia por ese motivo pero era alguien que no me iba ni me venía, así que no me importó. Con vos era distinto.
Olvidamos el episodio y seguimos con nuestra amistad como si nada, como si esa charla (que duró segundos) no hubiese existido.
Hasta me dejaste dormir con vos cuando eso era todo lo que yo quería. Solo eso. Solo dormir. No dormir sola. Cuando estaba triste o cuando estábamos de vacaciones con amigos y por ahí caían amigos de sorpresa (la casa de mis abuelos siempre fue un "albergue para amigos y amigas en desgracia o cortos de dinero en vacaciones que no tenían donde quedarse" y estoy orgullosa de eso) y había que compartir cama. Nunca tuvimos problemas con eso. Y yo pensaba: "Puede dormir conmigo, ya se olvido de todo, que bueno".
Nunca nada, solo un comentario tuyo una noche después de unos cuantos tragos, cuando me dijiste: "algún día vas a hacer clic" así de la nada. Y yo no te di bola.
Creo que a veces hasta fui cruel con vos en ese sentido. Pero porque no quería que terminara nuestra amistad. Y vos lo supiste aceptar y seguir cerca mío como yo quería, como amigos.
Te pusiste de novio, yo corté. Me puse de novia, vos cortaste.
Idas y venidas y nosotros siempre igual. Eso me encantaba. Nuestra amistad era y es intocable.
Este fin de semana jugaste en Obras. Eran partidos importantes, eliminatorias para el mundial, la primera vez que se jugaba acá, bla, bla, bla.
Obviamente no iba a faltar. Además porque me habías amenazado con que si no iba ahí sí que se iba a terminar nuestra amistad jaja.
Nunca antes te había visto jugar en vivo y en directo delante mío (bueno sí, te vi, pero no de la forma en que te vi este finde. Te vi jugando con nuestros amigos y amigas en partidos mixtos en la playa, en vacaciones y hasta jugamos para el mismo equipo y vos me elegías porque decías que como yo jugaba hockey, era la única que entendía que no hacía falta que saliéramos todos corriendo en manada detrás de la pelota. Algo muy común en partidos donde juegan mujeres que no saben las reglas, y esto te ponía loco y yo me reía).
Te había visto en la tele, en otros países, a cientos de kilómetros y a veces a miles, y me alegré con vos y sufrí con vos. No suelo ponerme mal con partidos, porque entiendo que son juegos, pero esa vez que se armó lío y hubo golpes y todo y hasta entró la policía del país anfitrión una no podía no ponerse mal. Un amigo y sus compañeros, de los cuales conozco a la mayoría, agarrándose a piñas a miles de kilómetros con los del otro equipo. Pero bueno, cosas que pueden suceder en los deportes donde hay contacto físico.
Esta vez te tuve ahí a pocos metros.
Como dije, te conozco hace años, así que te vi con tu look casual, te vi en traje de baño y te vi de elegante sport. Con esas cosas te veías bien, pero... qué hermoso estabas con la celeste y blanca!
A veces la gente puede ser tan ciega, o tener las cosas adelante y no quererlas ver. Y otras veces algo brilla tanto que por más que una cierre los ojos no puede escapar a esa luz y esta le traspasa los párpado.
¡Boludo, tenías razón!
Pero vamos a atribuirselo a que mi novio está lejos y a que no me gusta estar sola.
Vamos a atribuirselo a la distancia y al resplandor que emite lo nuevo.
Vamos a atribuirselo a cuanto me gusta este deporte.
Nunca antes te había visto jugar en vivo y en directo delante mío (bueno sí, te vi, pero no de la forma en que te vi este finde. Te vi jugando con nuestros amigos y amigas en partidos mixtos en la playa, en vacaciones y hasta jugamos para el mismo equipo y vos me elegías porque decías que como yo jugaba hockey, era la única que entendía que no hacía falta que saliéramos todos corriendo en manada detrás de la pelota. Algo muy común en partidos donde juegan mujeres que no saben las reglas, y esto te ponía loco y yo me reía).
Te había visto en la tele, en otros países, a cientos de kilómetros y a veces a miles, y me alegré con vos y sufrí con vos. No suelo ponerme mal con partidos, porque entiendo que son juegos, pero esa vez que se armó lío y hubo golpes y todo y hasta entró la policía del país anfitrión una no podía no ponerse mal. Un amigo y sus compañeros, de los cuales conozco a la mayoría, agarrándose a piñas a miles de kilómetros con los del otro equipo. Pero bueno, cosas que pueden suceder en los deportes donde hay contacto físico.
Esta vez te tuve ahí a pocos metros.
Como dije, te conozco hace años, así que te vi con tu look casual, te vi en traje de baño y te vi de elegante sport. Con esas cosas te veías bien, pero... qué hermoso estabas con la celeste y blanca!
A veces la gente puede ser tan ciega, o tener las cosas adelante y no quererlas ver. Y otras veces algo brilla tanto que por más que una cierre los ojos no puede escapar a esa luz y esta le traspasa los párpado.
¡Boludo, tenías razón!
Pero vamos a atribuirselo a que mi novio está lejos y a que no me gusta estar sola.
Vamos a atribuirselo a la distancia y al resplandor que emite lo nuevo.
Vamos a atribuirselo a cuanto me gusta este deporte.
Vamos a atribuirselo al cariño que te tengo y a los años de amistad.
Y sobre todo vamos a seguir como hasta ahora. Porque me voy a olvidar de esto igual que vos.
¡Qué suerte que tengo blog y puedo hacer algo con esta carta en vez de tirarla a la basura que es el lugar donde va a ir nuestra amistad si te llegas a enterar!
Nota: Para vos que estas mirando detenidamente la foto tratando de descubrir quien es... la foto no habla, no te va a decir quien es, y este chico no te va a saludar. ¡Qué chusma que es la gente! ¡Por Christian Dior!
Chiiiiiiiiva, caleeeeeeeeeenchu.
¿Dónde está Wally? (No, no se llama Walter... desde cuándo doy nombres? ¡No me conoces nada, che!)
Y sobre todo vamos a seguir como hasta ahora. Porque me voy a olvidar de esto igual que vos.
¡Qué suerte que tengo blog y puedo hacer algo con esta carta en vez de tirarla a la basura que es el lugar donde va a ir nuestra amistad si te llegas a enterar!
Nota: Para vos que estas mirando detenidamente la foto tratando de descubrir quien es... la foto no habla, no te va a decir quien es, y este chico no te va a saludar. ¡Qué chusma que es la gente! ¡Por Christian Dior!
Chiiiiiiiiva, caleeeeeeeeeenchu.
¿Dónde está Wally? (No, no se llama Walter... desde cuándo doy nombres? ¡No me conoces nada, che!)
Que boluda estoy hoy... sepan disculpar.